Langile mugimendua Tsiprasen aurka mobilizatzen ari da
El 12 de noviembre los dos principales sindicatos griegos convocaron huelga general contra los durísimos recortes y contrarreformas que se están aprobando en el parlamento a cambio del desembolso de 12.000 millones de euros (10.000 de ellos irán directamente a recapitalizar la banca) correspondientes al tercer “rescate” firmado por el gobierno de Syriza tras la vergonzosa capitulación de Tsipras ante el gran capital el pasado verano.
Entre las nuevas medidas se encuentra el enésimo recorte de las pensiones, el aumento de la edad de jubilación o la privatización y entrega al capital extranjero (principalmente alemán) de prácticamente todos los bienes del Estado. Pero, por si fuera poco, el gobierno de Syriza ha aprobado los desahucios de primera vivienda para quien no pueda pagar la hipoteca, cuando había prometido prohibirlos.
La huelga del 12 noviembre ha tenido un fuerte impacto, con un seguimiento especialmente masivo en el sector público. El transporte por tierra y mar se paralizó, colegios y universidades cerraron, los bancos también, en los hospitales sólo funcionaban los servicios mínimos para las urgencias, y en los medios de comunicación el paro fue total. La manifestación más importante se produjo en Atenas, con más de 40.000 asistentes.
Esta huelga ha estado precedida de otras movilizaciones y huelgas sectoriales como la de los estudiantes de secundaria el 2 de noviembre. Más de 10.000 se concentraron en Atenas junto a los profesores, así como en otras ciudades para protestar por los recortes. El 4 de noviembre los universitarios también se manifestaron en la capital. Los trabajadores del transporte marítimo fueron a una huelga de 48 horas contra el recorte de pensiones y el empeoramiento de sus condiciones laborales. También los portuarios han secundado una serie de paros contra las privatizaciones.
Después de la huelga general la movilización ha continuado. El 17 de noviembre —aniversario de la matanza de la Junta militar en la universidad politécnica en 1973— hubo una gran manifestación. El día 18 salieron a la calle los agricultores, contra un aumento del impuesto sobre la renta del 13 al 26% y la eliminación de las ayudas para la compra de gasóleo. El 26 de noviembre más de 2.000 pensionistas se manifestaron en Atenas y en otras doce ciudades contra la reforma de pensiones que pretende aprobar Tsipras.
El 5 de diciembre se aprobaban los presupuestos en el parlamento y los sindicatos convocaron otra huelga para el jueves 3, a la que se adhirieron los trabajadores de la compañía estatal de ferrocarriles y las empresas de transporte público, periodistas, médicos y marineros.
Han sido dos meses escasos (el tiempo transcurrido desde la formación del nuevo gobierno de Syriza-Anel) los que los trabajadores, la juventud y amplias capas de la población griega han tardado en decirle a Tsipras que no están dispuestos a resignarse y aceptar sin más las mismas políticas de empobrecimiento masivo que aplicaron el PASOK y la derecha durante los últimos seis años.