El capitalismo mata el planeta
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La jornada de huelga educativa europea contra el cambio climático ha sido un éxito a nivel internacional. En más de mil ciudades y cien países, centenares de miles de jóvenes hemos alzado nuestra voz contra la catástrofe ecológica que vive nuestro planeta y contra sus responsables: los capitalistas, los gobiernos a su servicio y las grandes multinacionales.
“Si el planeta fuera un banco, ya lo habrían rescatado”
En el Estado Español, la huelga general estudiantil y las movilizaciones convocadas a las 12h por el Sindicato de Estudiantes en más de 30 ciudades han sido un éxito arrollador. Más de un millón de estudiantes en huelga y más de cien mil jóvenes en las calles al grito de 'Si el planeta fuera un banco ya lo habrían rescatado', 'Si se cargan el planeta a la huelga general' o 'Sus beneficios matan el planeta', hemos dejado claro que nuestra lucha va en serio.
En Madrid, más de 50.000 personas abarrotábamos la Puerta del Sol e iniciábamos nuestra marcha hacia el Congreso de los Diputados, otros 10.000 en Barcelona llenábamos la Plaça Universitat, 8.000 en Sevilla, miles en Málaga, Vigo, Bilbao, Salamanca, Gijón, Granada, Gasteiz y un largo etcétera. El movimiento internacional contra la catástrofe ecológica a la que este sistema condena a nuestro medioambiente ha llegado al Estado español con fuerza.
Esta explosiva jornada de huelga y manifestaciones se ha celebrado tan sólo una semana después de la histórica huelga general feminista del 8 de marzo, donde millones de mujeres y jóvenes trabajadoras, junto a nuestros compañeros de lucha, volvimos a protagonizar una movilización multitudinaria contra la violencia machista, la justicia patriarcal y la opresión que sufrimos bajo el capitalismo.
El levantamiento de los y las jóvenes contra el cambio climático es un reflejo de la radicalización que vive la juventud a escala mundial. La lucha por salvar nuestro planeta se está convirtiendo —de la misma forma que la lucha contra el machismo y la justicia patriarcal— en un cauce de expresión para denunciar el callejón sin salida que supone el sistema capitalista para la mayoría de nosotros.
Los mismos monopolios empresariales y grandes bancos que destruyen nuestro medio ambiente, y los gobiernos a su servicio, también nos condenan a recortes en los servicios públicos, privatizan la sanidad y la educación, pisotean nuestros derechos democráticos y nos condenan a la precariedad, salarios de miseria y desempleo masivo. Todo bajo una misma lógica: hacerse aún más ricos y seguir amasando suculentos beneficios económicos.
Nuestro planeta está siendo víctima de una agresión devastadora. El incremento continuado de las temperaturas, la contaminación de los océanos, la desforestación o el fenómeno de los refugiados climáticos (personas que tienen que huir de sus casas y hogares por las consecuencias de los cambios en el clima) se multiplica desorbitadamente. Pero esto no es el producto de la maldad del género humano en abstracto. Es el resultado de un sistema depredador que pasa por encima de las necesidades medioambientales de la humanidad para llenar los beneficios de un puñado de parásitos.
Ante esta situación, cientos de miles de jóvenes denunciamos la gran hipocresía de los gobiernos y los políticos al servicio de los grandes poderes económicos, que mientras aprueban supuestos protocolos y acuerdos para “defender” el medio ambiente y contra la contaminación (Kyoto, Paris…), amparan legalmente la impunidad de las grandes empresas contaminantes para que los incumplan y aquí no pasa nada. Por eso ayer cantamos con todas nuestras fuerzas: ¡El problema es el sistema!
¿Un movimiento apartidista y apolítico? Por un ecologismo anticapitalista y revolucionario
Es muy sintomático que los medios de comunicación del sistema, y algunos portavoces de FFF que se sumaron a nuestra movilización en muchas ciudades, hayan atacado al Sindicato de Estudiantes por nuestras ideas y reivindicaciones. Al tiempo que en sus declaraciones apelaban a que este movimiento debe ser “apartidista” y apolítico alababan la política “ecológica” del gobierno de Pedro Sánchez, o las televisiones les hacían publireportajes mostrándoles en el Parlamento Europeo y tratados con muchos cariño por los políticos allí presentes, que también se quieren aprovechar de esta lucha de la juventud.
Desde el Sindicato de Estudiantes no estamos de acuerdo con que este movimiento sirva de trampolín de organizaciones y supuestas ONG que se reclaman “verdes”, pero que luego cuando llegan a los parlamentos o a los gobiernos colaboran con las políticas de recortes, privatizan los servicios públicos, e incluso son financiadas generosamente por las mismas empresas contaminantes que dicen denunciar.
También creemos que presentar esta lucha como un conflicto generacional, entre jóvenes y mayores, es un completo error, y forma parte de una estrategia para no señalar a los auténticos culpables de la catástrofe ecológica. Tampoco es una rebelión en la que pedimos a “los políticos” en general que reflexionen, rectifiquen y tomen medidas. Pensar que los representantes de este sistema, que hoy llenan los gobiernos de todo el mundo, se enfrentarán a las grandes multinacionales en defensa del planeta es simplemente ridículo. Sabemos que la respuesta y la solución están en la calle y en la movilización.
No es ninguna casualidad que los medios de comunicación que ocultan y minimizan las luchas de la juventud y de los trabajadores, intenten montar un espectáculo mediático para hacer inofensivo este gran movimiento.
Desde el Sindicato de Estudiantes entendemos que sólo podremos frenar la degradación climática que vive el planeta rompiendo con el sistema capitalista No vamos a permitir que los y las explotadoras, como Angela Merkel, Macron, Teresa May o Trump, o los políticos socialdemócratas que también han colaborado activamente en la actual degradación medioambiental, se intenten lavar la cara aprovechándose de este movimiento mientras siguen aplicando políticas que ponen una alfombra roja a las grandes empresas contaminantes para que sigan actuando como quieran.
La movilización por la supervivencia del planeta no está separada del resto de reivindicaciones sociales y educativas por las que hemos luchado en estos años. Tenemos que levantar un gran movimiento ecologista que vaya a la raíz del problema, y que una a la juventud, a los trabajadores y trabajadoras, a todos los sectores oprimidos para lograr un cambio real en la sociedad: terminar con el control asfixiante que ejercen sobre la producción mundial un puñado de grandes multinacionales, y establecer la planificación de la economía de manera racional y respetuosa con el medioambiente, garantizando el pleno empleo, salarios y servicios públicos dignos, y justicia social. Sólo acabando con la opresión capitalista y construyendo una sociedad auténticamente democrática y basada en la justicia social, una sociedad socialista, podremos preservar nuestro maravilloso planeta y librarnos de la catástrofe que nos amenaza.
Exigimos:
• Nacionalización de todas las multinacionales de producción de energía y combustibles (eléctricas, compañías mineras, de petróleo y gas, empresas de producción de energía eólica y solar, etc…), y plan público de inversiones para establecer una industria energética 100% ecológica y sostenible. ¡No a la pobreza energética!
• Por una red de transporte público, gratuito, de calidad y ecológico. Plan masivo de inversiones para hacer las ciudades 100% sostenibles.
• Nacionalización de las industrias automovilísticas, aeronáuticas y navales, y transformación de su producción para hacerlas viables y no contaminantes.
• Nacionalización de la tierra, de la industria ganadera y de las industrias de procesamiento de alimentos. No a la explotación capitalista de los océanos. ¡Por una alimentación sostenible, ecológica y sana para el conjunto de la población!
• Empresas públicas de reciclaje bajo el control democrático de trabajadoras y trabajadores. ¡Basta de hacer negocios con el ecologismo!
• Por una producción sostenible planificada democráticamente por el conjunto de la clase trabajadora y la juventud. Por la transformación socialista y ecológica de la sociedad.
¡Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro! ¡Únete al Sindicato de Estudiantes!