Masa irandarrak kaleak hartzen hasi dira Irango gobernuak antolatutako hauteskunde iruzurraren ondoren. Azkeneko urteetan pilatutako haserrea eta ondoeza lehertu egin dira. Polizia eta gobernuak kontrolatzen dituen banda faxisten errepresioa eta erasoak ez dira gai masa irandarren mobilizazioak geratzeko. Gertakizun hauek borroka luze baten hasiera besterik ez dira. Irango egoerari buruzko hainbat artikulu aurki ditzazkezue bertan.
Irán: El 18 Brumario de Mahmoud Admadinejad
escrito por Alan Woods
miércoles, 15 de junio de 2009
El historiador francés Alexis de Tocqueville escribió en una ocasión que el momento más peligro para un mal gobierno es cuando intenta la reforma. Pero es aún más peligroso cuando un mal régimen se niega a hacer reformas.
La historia conoce muchos ejemplos de autocracia corrompida que tras un largo período en el poder ha sucumbido a un proceso irreversible de decadencia interna. En ese momento, todas las contradicciones internas que han permanecido ocultas debajo de la superficie de repente emergen. Siempre existen dos tendencias principales: los duros y los reformistas. Los últimos dicen: "debemos reformar desde arriba o seremos derrocados". Los primeros dicen: "Nos oponemos a las reformas porque cuando empecemos a cambiar seremos derrocados". Los dos tienen razón.
Lo que era cierto en Francia en 1789 también lo es para Irán en 2009. Después de tres décadas en el poder el régimen de los mulás es tremendamente impopular. Por tanto, los analistas esperaban que Mousavi, considerado en general como un "reformista", lo hiciera bien. El debate presidencial entre Mousavi y Ahmadinejad despertó a la nación y durante los últimos días la campaña de Mousavi provocó entusiasmo, desencadenando masivas reuniones en las calles de Teherán. Estos actos mostraban un ardiente deseo de cambio.
En general se esperaba que si la participación era elevada Mousavi golpeara a su polémico contrincante, o al menos lo hiciera suficiente bien como para obligar a una segunda vuelta. Lo que han calificado los funcionarios como una participación electoral sin precedentes en las urnas el pasado viernes se esperaba suficiente para que Mousavi ganara la presidencia. La participación sobrepasó el 80 por ciento, según dijeron por lo menos dos portavoces autorizados el sábado.
El caos económico de Irán durante los últimos cuatro años ha socavado el apoyo de Ahmadinejad incluso en las zonas rurales. El gobierno anunció que Ahmadinejad no sólo había ganado las elecciones, sino que había conseguido un arrollador 62,63 por ciento de los votos frente al 33,75 por ciento de Hossein Mousavi. Según los resultados, que se anunciaron con una prisa indecente, Mousavi incluso perdió en la zona de Teherán donde él tiene su base principal. Este virtuoso despliegue de amaño electoral fue tan escandaloso que conmocionó incluso a personas que consideraban esto como una práctica normal.
Elecciones amañadas
La velocidad con la que se hizo el anuncio en sí mismo es suficiente para demostrar un fraude masivo. Irán sigue siendo un país predominantemente rural con una infraestructura que no permite este rápido escrutinio de los resultados electorales. En una elección auténtica se tardarían varios días en tener todos los resultados de las provincias, aldeas y zonas remotas. En su lugar, Ahmadinejad inmediatamente anunció que había ganado con una gran mayoría. "La población de Irán inspiró esperanza a todas las naciones y creó una fuente de orgullo en la nación y desencantó a todos los que desean el mal", estas son las palabras de Ahmadinejad en una televisión nacional el sábado por la noche. "Estas elecciones se celebraron en una coyuntura de la historia".
Para un régimen despótico que tiene en sus manos todas las riendas del poder, amañar las elecciones no es una tarea difícil. Después de cerradas las urnas, según noticias procedentes de Irán, las calles se llenaron con destacamentos de la Guardia Revolucionaria Iraní armados hasta los dientes. En una zona al norte de Teherán, un feudo del candidato de la oposición y ex - primer ministro reformista Mousavi, periodistas extranjeros informaban de un convoy con al menos quince vehículos militares llenos con guardias armados abriéndose camino a lo largo de la carretera. El ministerio de interior estaba bloqueado y muy vigilado porque el régimen temía que los seguidores de Mousavi se reunieran allí para protestar contra el recuento electoral.
Ibrahim Yazdi, un destacado disidente iraní y ministro de exteriores de Irán en los primeros días de la República Islámica, dijo al periodista norteamericano Robert Dreyfuss: "Muchos de nosotros creemos que las elecciones fueron amañadas. No sólo Mousavi. No tenemos ninguna duda. Y en cuanto a nosotros concierne, no son legítimas. Hubo muchas, muchas irregularidades. No permitieron que los candidatos supervisaran las elecciones o el recuento de las papeletas en los colegios electorales. El ministro de interior anuncio que él supervisaría el recuento final en su oficina, en el ministerio, con sólo dos ayudantes presentes".
"En las elecciones anteriores anunciaron los resultados en cada distrito, así la población podía seguirlo y hacerse un juicio sobre la validez de los datos. En 2005 hubo problemas: en un distrito hubo unos 100.000 votos ilegibles y anunciaron un total de 150.000 votos. En esta ocasión ni siquiera han dado información de cada uno de los distritos.
"En total hubo unos 45.000 colegios electorales. 14.000 eran móviles que podían trasladarse de un lugar a otro. Muchos de nosotros protestamos por eso. Originalmente, estos colegios electorales móviles se suponían que serían utilizados en hospitales y otros lugares similares. En seta ocasión, fueron utilizados en las comisarías, bases del ejército y distintas instalaciones militares. Cuando llegaban a las instalaciones militares se ponían 500 votos de más en cada una de las 14.000 urnas, eso significa siete millones de votos.
"Mousavi y Karroubi (los principales candidatos de la oposición) habían establecido un comité conjunto para proteger los votos de la población. Muchos jóvenes voluntarios se unieron a ese comité. Pero las autoridades no les permitieron funcionar. La noche pasada (la noche electoral), las fuerzas de seguridad cerraron el comité. No hay manera, independiente del gobierno y del Consejo de Guardianes, de verificar los resultados".
Con un resultado electoral amañado en su bolsillo, la insolencia de Ahmadinejad no conoce límites. El presidente dijo que las elecciones fueron un "modelo de democracia" y acusó "los opresores occidentales" que critican el proceso electoral. "En las elecciones del viernes, la población de Irán salió victoriosa", declaraba Ahmadinejad. "Las elecciones en Irán son realmente importantes. Las elecciones significan el consenso de la resolución de toda la población y la cristalización de sus demandas y sus necesidades, y es un salto a picos más elevados de aspiración y progreso. Las elecciones en Irán tienen una base totalmente popular que pertenece a la población con una mirada al futuro, con el objetivo de construir el futuro".
Señaló el progreso a través del consenso, dijo que las reformas económicas y de infraestructura se pueden conseguir en Irán mediante un proceso colectivo. Decía que "todos podemos unir fuerzas", mientras sus bandas armadas golpeaban a la población en las calles. Decenas de miles de seguidores de Ahmadinejad ondeando banderas se reunieron en la Plaza Valiasr de la capital para celebrar el discurso de victoria del presidente, intentaba mostrar fuerza y espera que así se acepten los resultados electorales sin protestar.
"Las elecciones del 12 de junio fueron una expresión artística de la nación que creó un nuevo avance en la historia de las elecciones del país", estas son las palabras del ayatolá Kamenei. "Con más del 80 por ciento de participación de la población y con 24 millones de votos para elegir al presidente, es una celebración real que con el poder del todo poderoso Alá se puede garantizar el desarrollo, progreso, seguridad nacional, y el gozo y disfrute de la nación".
Protestas espontáneas
La nación ciertamente estaba alterada, pero no de gozo. El candidato reformista Mehdi Karrubi calificó los resultados de las elecciones como de "chiste" y "asombrosos". Incluso mientras Ahmadinejad alababa el resultado y la alta participación, Mousavi y sus seguidores en las calles de Teherán protestando y estallaron enfrentamientos. El sábado por la tarde las calles de la capital están en general tranquilas. Pero este sábado había manifestaciones espontáneas en las calles de Teherán. Esto reflejaba una enorme acumulación de rabia, desesperación y amargura dentro de la sociedad iraní que está cargada de implicaciones revolucionarias.
Kamenei decía que los iraníes debían tomar un profundo respiro ante los resultados de las votaciones. "El sábado después de las elecciones siempre es un día de afecto y paciencia", decía. "Tanto los seguidores del candidato electo como los seguidores de los otros respetables candidatos deben frenar cualquier comportamiento provocador o sospechoso. El respetable presidente electo es el presidente de todo el pueblo de Irán y de todos, incluidos los rivales de ayer, así que deben protegerle y ayudarle". Estas palabras del líder supremo demostraba el miedo del régimen a disturbios públicos. Y no están equivocados en este miedo.
Los manifestantes coreaban: "El presidente está cometiendo un crimen y el líder supremo le apoya", un lenguaje muy incendiario en un régimen donde el líder supremo, Alí Kamenei, es considerado como alguien irreprochable. Las tiendas, las oficinas del gobierno y las empresas cerraron a primera hora debido a la tensión acumulada. También se congregó la multitud a las puertas de la sede de Mousavi pero no había rastro del principal rival político de Ahmadinejad. Los seguidores levantaban sus puños y coreaban consignas contra Ahmadinejad.
Los manifestantes quemaron cubos de basura y neumáticos, provocando columnas de humo negro entre los bloques de apartamentos y oficinas del centro de Teherán. En una carretera un autobús ardía. La policía luchaba con palos, incluidos escuadrones móviles con motocicletas con garrotes, mientras los manifestantes respondían a la policía con piedras y botellas gritando: "Mousavi, votamos" y "las elecciones fueron una sarta de mentiras".
Más de cien reformistas, incluido Mohammad Reza Jatamí, el hermano del anterior presidente Mohammad Jatamí, fueron detenidos según dijo un dirigente reformita, Mohammad Alí Abtahi. Señaló a Reuters que ellos eran miembros del partido reformista de Irán Mosharekat. Un portavoz de la judicatura negó que hubieran sido detenidos pero dijo que fueron convocados y antes de ser liberados se les "advirtió para no aumentar la tensión". El Estado encarcela y tortura a sindicalistas y golpea a estudiantes, pero a los políticos burgueses sólo les da un manotazo en la muñeca.
La gente se apoyaba en las ventas y balcones para ver las manifestaciones, muchos de los cuales eran seguidores de Mousavi y realizaron grandes manifestaciones ruidosas aunque pacíficas. Por la tarde, una multitud agitada y furiosa apareció en la Plaza Moseni de Teherán, con personas rompiendo tiendas y perdiendo fuego. Dos grupos de personas se enfrentaban entre sí en la plaza, lanzando piedras, botellas y gritando furiosos. Los observadores creen que las dos partes podrían ser seguidores de Ahmadinejad por un lado y por el otro de Mousavi.
Los manifestantes, que claramente eran espontáneos, no se limitaron a Teherán. También sucedió en otras ciudades, incluidas Tabriz, Orumieh, Hamedan y Rasht. Está claro que nadie organizó estas protestas y menos aún los líderes reformistas. La nueva tecnología ha sido una táctica clave en movilizar políticamente a los jóvenes iraníes, pero los mensajes de texto no han funcionado estos días y Facebook fue clausurado. Sin embargo, el viejo método del boca a boca todavía funciona y el sábado los manifestantes iraníes llegaron en masa a los puntos de encuentro en Teherán.
El domingo continuó la situación. "Se dio este juego de gato y ratón entre los manifestantes y la policía", decía Samson Desta, periodista de CNN, que fue golpeado por la policía. "Parece que la policía tiene las cosas bajo control. Pero hablamos de muchos estudiantes que dicen: ‘No nos vamos a ir. Pueden detenernos ahora pero regresaremos y conseguiremos que escuchen nuestras voces".
Este era el segundo día de protestas en Irán. El sábado, miles de manifestantes gritaban: "Muerte a la dictadura" y "Queremos libertad", quemaron motocicletas de la policía, lanzaron piedras contra los escaparates de las tiendas y quemaron contenedores de basura.
El domingo por la noche en las calles de Teherán reinaba una calma tensa, pero John Leyne de la BBC, en la ciudad, informaba del estallido de enfrentamientos ante la sede de Irna, la agencia de noticias oficial iraní, y también en al menos un barrio. Llegaron también noticias del refuerzo de la lucha con medios de comunicación independientes. La sede de la cadena de televisión árabe al-Arabiya fue cerrada por "razones desconocidas", según decía el canal. El servicio de telefonía móvil fue restaurado pero hay noticias de que los mensajes de texto siguen restringidos y que no hay acceso a sitios de internet populares, incluida la BBC. Estas acciones no muestran confianza sino un extremo nerviosismo por parte del régimen.
Hipocresía de los imperialistas
En todo el mundo hubo reacciones, en países como EEUU y Canadá se escucharon voces sobre las irregularidades de la votación. Pero los gobiernos occidentales han centrado sus críticas en la falta de derechos humanos en Irán y han sido muy circunspectos respecto al descarado fraude electoral y la violencia en Irán.
Según noticias de CNN, se envió un mensaje mandos militares norteamericanos en Oriente Medio para que mantuvieran la disciplina y la prudencia si se encontraban con fuerzas militares iraníes durante el potencial malestar que rodea las elecciones presidenciales iraníes. Las preocupaciones militares de EEUU son expresadas como "alta sensibilidad iraní y quizá incluso miedo a posibles y potenciales amenazas internas y externas", según dijo un oficial.
Las críticas en Washington apenas se han hecho oír. Hilary Clinton ha mantenido la boca cerrada dejando al "hombre invisible", el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, que exprese sus "dudas" sobre la manera de "reprimir a las multitudes, la manera en que se ha tratado a la población", aunque, utilizando su lenguaje cauto, dijo que EEUU debía aceptar "por ahora" la pretensión de Teherán de que Ahmadinejad consiguió la reelección. "Hay muchas cuestiones terribles en cómo se han dirigido estas elecciones", dijo Biden, "pero no tenemos suficientes datos para hacer un juicio firme".
El ministro de exteriores francés, Bernard Kouchner, dijo que su gobierno estaba preocupado por la situación y criticó "la brutal reacción" de las autoridades en respuesta a las manifestaciones. La UE publicó una declaración "preocupada por las supuestas irregularidades" durante las elecciones del viernes.
Esta reticencia correcta de los imperialistas no es casualidad. Están aterrorizados ante la posibilidad de que una revolución en Irán actúe como un terremoto por todo Oriente Medio y Asia. Además, Washington espera restablecer buenas relaciones con el gobierno de Teherán, cuya ayuda necesitan para garantizar una retirada en orden de Iraq y proporcionar una ruta segura para los suministros a Afganistán. También necesitan el apoyo iraní para su última "iniciativa de paz" en la cuestión palestina. Por lo menos les gustaría que Teherán no la sabotee, aunque Netanyahu ya ha está haciendo un buen trabajo al insistir en que cualquier estado palestino estará desarmado y debe renunciar al derecho de regreso de la diáspora palestina.
Son estos factores los que determinan la política conciliadora de Obama respecto a la República Islámica, que ya pronosticamos por adelantado en otro artículo (ver: La invasión de Gaza: ¿Qué significa?). Llevaba una semana en la presidencia, Obama lanzó una rama de olivo a Teherán y pidió al régimen que "abriera el puño". Dos meses después, Obama lanzó un mensaje a Irán, por primera vez se reconocía a los ayatolás como representantes legítimos del pueblo iraní. El mes pasado, Obama reconoció el derecho de la República Islámica a enriquecer uranio y en El Cario admitió que la CIA había participado en el derrocamiento del gobierno de Mossadegh hace medio siglo.
La población de Irán tiene mucha memoria, sabe bastante sobre el imperialismo y lo odia con toda su corazón. Cuando el primer ministro Mossadegh fue echado del poder en 1953 por un golpe organizado por la CIA y la inteligencia británica, las presuntas democracias occidentales sustituyeron la democracia iraní con la monstruosa dictadura del Sha. Su gobierno corrupto y sangriento se basó en el resino del terror de masas donde la tristemente célebre policía secreta, la Savak, llevó a cabo una campaña sistemática de asesinato y tortura. Las supuestas democracias occidentales apoyaron a este títere déspota del imperialismo y entonces no dijeron nada sobre la violación de los derechos humanos en Irán. Por eso los iraníes no tienen ninguna razón para confiar en la buena voluntad del imperialismo o para escuchar sus sermones hipócritas sobre la "democracia".
Divisiones en el régimen
Después de las elecciones Teherán estaba lleno de rumores sobre un golpe de estado. Pero en realidad esto no es necesario. Admadinejad ya ha acumulado tanto poder en sus manos que ya establecido de facto una dictadura, si no legalmente. Además de las fuerzas regulares del Estado, controla la Guardia Revolucionaria, que utilizó la semana pasada para aplastar brutalmente las manifestaciones.
Después de las elecciones las fuerzas de seguridad ocuparon los locales de muchos periódicos para garantizar que la información sobre las elecciones era favorable. Cambiaron los titulares de muchos periódicos. ¡Esta es una excelente manera de garantizar una buena cobertura de la campaña electoral! Los guardias han ocupado todo, incluidas muchas instituciones económicas. El ministerio de interior está intensificando su control en todas las provincias.
Hay también rumores de que Ahmadinejad está pensando cambiar la Constitución para permitir que el presidente pueda tener más de dos mandatos, haciendo así su permanencia más o menos permanente. Está representación del golpe de Luis Bonaparte, que combinado con las elecciones fraudulentas e intrigas parlamentarias con un reino de terror en las calles dirigido por le famosa Sociedad del 10 de Diciembre, formada por bandas, criminales y lúmpemproletarios. Su base social también es similar: el campesinado atrasado, que puede ser utilizado contra las ciudades y pueblos más avanzados.
En teoría la situación parece desesperada. Pero esto es sólo sobre la superficie. Ahmadinejad y sus seguidores han seguido en el cargo, pero las elecciones han dejado en la capital iraní amargura y rabia. El nuevo gobierno se enfrentará a serios problemas a todos los niveles, particularmente en la economía. Las últimas ilusiones del campesinado quedarán hechas añicos debido a las durezas impuestas por la crisis económica.
En el último período Ahmadinejad se mantuvo en el poder en parte sobre la base de la represión y demagogia anti-norteamericana, pero principalmente utilizando la riqueza petrolera de Irán para medidas populistas. Esto le garantizó cierta base de apoyo en la población, sobre todo entre el campesinado. Pero ahora la crisis económica y la caída del precio del petróleo reducirán su margen de maniobra en este frente. Por otro lado, la demagogia "antiimperialista" es algo muy fino. ¡La población no puede comer cabezas nucleares!
La historia de los regímenes dictatoriales y autocráticos demuestra que es imposible mantener un régimen sólo sobre la base de la represión. Cuando las masas comiencen a moverse, ningún aparato del estado, no importa lo poderoso y feroz que sea, puede detenerlas. Esa es la lección de Francia en 1789, de la Rusia zarista en 1917 y del Sha en Irán en 1979. Luis Bonaparte tomó el poder con un golpe y estuvo en él durante dos décadas. Pero al final su mandato terminó en la Comuna de París. Ahmadinejad no estará en el poder tanto por las razones que hemos explicado y cuanto más se aferre al poder, más explosiva será la situación y más profundas las contradicciones internas en el régimen.
A pesar de la muestra de fuerza, la fisuras internas que están dividiendo el régimen se están profundizando. Hay voces en el establishment que están desafiando a Ahmadinejad. Y no está claro que él y la Sepah (Guardia Revolucionaria) tengan fuerza suficiente para superarlo. El líder supremo, el ayatolá Alí Kamanei, está jugando a Bonaparte, equilibrándose entre las fracciones. Hay enfrentamientos y divisiones entre diferentes fracciones que reflejan una profunda crisis del propio régimen.
En la entrevista que ya hemos mencionado, Ibrahim Yazdi, hace referencia a las divisiones en el régimen: "Después de las últimas elecciones (2005), después de que Ahmadinjead fuera elegido por primera vez, se plantearon muchas preguntas sobre el intento de Ahmadinejad de aislar al líder. Hablábamos abiertamente de esto. En esta ocasión, en preparación de las votaciones, le aislaron incluso más. Por ejemplo, en años pasados (el anterior presidente) Alí Akbar Hashemi-Rafsanjani, tenía influencia, quizás incluso más influencia que el líder. Ahora, con las consignas utilizadas en los mítines de Ahmadinejad, cosas como ‘¡muerte a Hashemi!', han provocado una profunda escisión. Kamenei también ha perdido el apoyo de muchos miembros de alto rango del clero".
Cobardía de los reformistas
Los reformistas liberales en Irán y en el extranjero están hundidos en la desesperación. Mousavi se ha comprometido a luchar contra el veredicto, utilizando palabras como "tiranía" y añadiendo: "No me rendiré ante esta cobarde charada". Incluso antes de terminar el recuento de votos, Mousavi publicó una carta pidiendo el cese del recuento de votos debido a las "flagrantes violaciones" y calificó la situación de proceso injusto.
El líder de la oposición dijo que los resultados de "monitores poco fiables" refleja "la debilidad de los pilares que constituye el sagrado sistema" de Irán y el "dominio del autoritarismo y la tiranía". Los observadores electorales independientes fueron prohibidos en los colegios electorales. "Los resultados anunciados para las décimas elecciones presidenciales son asombrosos. La gente ha estado allí y conoce bien a quién votaron y les pilló totalmente por sorpresa los funcionamientos mágicos de la televisión y las emisiones de radio", decía Mousavi en su declaración.
El periódico de Mousavi, Kalemeh Sabz, o la Palabra Verde, no salió hoy. Un editor anónimo dijo que las autoridades estaban molestas con las declaraciones de Mousavi. La web del periódico informaba de que en las elecciones del viertes desaparecieron 10 millones de número de identificación, lo que convierte a los votos en "imposible de rastrar".
Cuando sus seguidores tomaron las calles de la capital de nuevo para enfrentarse a las porras y gas lacrimógeno, Hossein Mousavi lanzaba un llamamiento formal contra el resultado electoral. Ha apelado al Consejo de Guardianes para cambiar el resultado y pidió a sus seguidores que continúen las protestas de una "manera pacífica y legal". "Hemos pedido a las autoridades que nos permitan celebrar un mitin nacional para que la población pueda mostrar su rechazo al proceso electoral y los resultados", dijo Mousavi. El Consejo de Guardianes es un órgano con mandato constitucional formado por seis clérigos y seis juristas, que funciona como autoridad electoral de Irán y tiene otros poderes. Pero el ayatolá Alí Kamenei es el líder supremo y ya ha declarado que las elecciones se han realizado con limpieza y ha ordenado a tres candidatos derrotados y a sus seguidores que eviten un comportamiento "provocador".
La manifestación de masas planificada por la oposición para protestar contra el fraude electoral ha sido prohibida. Por lo tanto, el camino para corregir por medios legales y constitucionales está bloqueado. La única manera de conquistar los derechos democráticos en Irán es tomando el camino revolucionario. Irán, dice Mousavi, "pertenece al pueblo y no a los estafadores". Incluso se habla de convocar una huelga general. Las palabras son baratas y los dirigentes de la burguesía reformista temen más al movimiento de las masas que al propio Kamenei.
El papel de la clase obrera
Como los cadetes rusos, los reformistas liberales en Irán están aterrorizados ante la posibilidad de una revolución. Ibrahim Yazdi le dijo a un periodista norteamericano: "Ciertamente, estamos preocupados por las reacciones espontáneas. La juventud iraní ha participado y se ha movilizado. En el país ha habido algunos enfrentamientos violentos. No estamos de acuerdo con la violencia, porque la violencia sólo dará a la derecha una excusa para reprimir a la oposición". Y de nuevo: "No estamos a favor de la subversión. No queremos cambiar la constitución. No queremos crear una fuerza política viable que pueda ejercer su influencia". Estas palabras indican la verdadera psicología de los reformistas burgueses en Irán. Podrían incluso haberlas copiado de cualquier periódico de los liberales rusos en febrero de 1917.
La verdadera analogía histórica, sin embargo, no es la Rusia de 1917 sino la de 1905, o incluso antes. Como la Revolución Rusa antes de 1905, la revolución iraní aún está en su infancia. Tiene un largo camino que recorrer y no es algo malo desde el punto de vista de los marxistas iraníes que necesitan tiempo para construir sus fuerzas. Como los trabajadores rusos antes de 1905, la clase obrera iraní es principalmente joven e inexperta. La vieja generación de trabajadores activistas, que estaban formado principalmente en la escuela del estalinismo, en gran parte ha desaparecido, diezmada por la represión y desorientada por la política equivocada de sus dirigentes.
Se necesitará tiempo y las experiencias, tanto de las victorias como de las derrotas, antes de que la clase obrera iraní llegue a la conclusión de la necesidad de tomar el poder. Debemos recordar que en enero de 1905 el joven proletariado ruso primero entró en la escena de la historia en una manifestación pacífica encabezada por un sacerdote, con iconos religiosos en sus manos, con una petición al zar. Pero un enfrentamiento sangriento bastó para impulsarlas al camino de la revolución en el espacio de 24 horas. Podemos esperar similares cambios repentinos y bruscos en Irán.
La campaña de Mousavi despertó las esperanzas de muchas personas, especialmente de la juventud de clase media y de las mujeres (había prometido derechos a las mujeres). Ahora estas esperanzas se han desvanecido. La policía y los "guardias revolucionarios" han dado a los jóvenes una lección excelente del valor de la democracia iraní con proras, puños y botas. La situación es explosiva. Pero en ausencia de un programa claro, perspectiva y dirección, las protestas callejeras sin objetivo y los disturbios no llevan a ninguna parte. Por tanto probablemente la actual oleada de malestar durante un tiempo se tranquilizará. Pero regresará con una mayor violencia en una etapa posterior.
Los reformistas están llorando y gimiendo por la derrota electoral, pero en realidad estas elecciones no han solucionado nada para la población iraní, para la clase obrera o el propio régimen. Este régimen decrépito es como el anciano del mar que salta a los hombros de Simbad y se niega a desmontarse. Estas elecciones sólo son una lección más en la dura escuela de la vida, que finalmente convencerá a los jóvenes y trabajadores que para bajar al viejo del mar de sus espaldas serán necesarias medidas más radicales.
La debilidad real del movimiento por la democracia es que el poderoso proletariado iraní no ha entrado de una manera decisiva en acción como ocurrió en 1979. Después de largos años de represión durante los cuales el movimiento obrero en la práctica fue descabezado, la clase obrera necesita tiempo para ponerse de pie. Como un atleta que ha estado inactivo durante mucho tiempo, los trabajadores iraníes necesitan estirar los músculos y comenzar a hacer ejercicio antes de entrar de manera decisiva en acción. Ya ha habido muchas huelgas sobre cuestiones económicas. La presión desde abajo se acumula. Esta presión encuentra su reflejo incluso en el Labour House, la organización creada por el régimen para controlar a los trabajadores. En el período reciente el periódico oficial del Labour Hose incluso publicó un artículo de Lenin. ¡Cómo cambian los tiempos!
Irán es un país arrolladoramente joven. Su población tiene una media de 27 de años. Estas personas no pueden recordar la época en la que los mulás no estaban en el poder. Hace mucho tiempo los mulás eran considerados incorruptibles, en contraste con la degenerada monarquía pro-occidental. Pero eso fue hace mucho tiempo. Después de décadas en el poder los mulás han demostrado ser tan corruptos y el régimen ha perdido autoridad. Ahmadinejad tenía una base de apoyo en los pueblos que le permitían celebrar mítines de masas. Su base real está en los Guardias Revolucionarios, pero incluso ya no inspiran el tipo de terror del pasado. Lo más significativo de los disturbios del fin de semana no es que fueran reprimidos, sino que muchas personas estaban dispuestas a salir a las calles para desafiar al Estado y sus fuerzas represivas. Esto significa que los días del régimen están contados.
Al final eso llevará a una crisis. Este será un gobierno de crisis que probablemente no dure ni acabe su mandato. Las divisiones políticas y sociales dentro de Irán se ampliarán. La combatividad de los trabajadores crecerá y se expresará en huelgas económicas por mejores salarios y condiciones, como ya hemos visto en los últimos años, y más tarde en huelgas y manifestaciones políticas. La necesidad más urgente ahora es organizar a los trabajadores y proporcionar al movimiento un programa correcto, una política y una bandera. Esto sólo se puede conseguir con la bandera roja del socialismo.
Es bastante natural que los estudiantes jueguen un papel clave en esta etapa de la revolución. Es muy similar a la situación en Rusia en 1901-1903 o en España en 1930-1931, justo antes de la caída de la monarquía. Trotsky escribió en ese momento:
"Dado que la burguesía se niega, consciente y obstinadamente, a tomar a su cargo el cuidado de resolver los problemas impuestos por la crisis que sufre su régimen; dado que el proletariado no está todavía dispuesto para encargarse de resolver estos problemas, no es raro que el proscenio esté ocupado por los estudiantes... La actividad revolucionaria o semirrevolucionaria de los estudiantes muestra que la sociedad burguesa atraviesa una crisis muy profunda...
"Los obreros españoles han manifestado un instinto revolucionario muy acertado dando su apoyo a las manifestaciones de estudiantes. Claro está, tienen que obrar así bajo su propia bandera y bajo la dirección de su propia organización proletaria. El deber del comunismo español es asegurar esta acción, y a este efecto es indispensable que tenga una política justa...
"Si los comunistas emprenden este camino, hay que admitir que combatirán resuelta, audaz, enérgicamente, por las consignas democráticas. Si no entienden la cosa así, se cometería un gravísimo error sectario... Si la crisis revolucionaria se transforma en revolución, rebasará fatalmente los límites previstos por la burguesía y, en caso de victoria, será preciso que el poder sea transmitido al proletariado". (Trotsky. Problemas de la revolución española. Mayo 1930).
Las fuerzas de los marxistas iraníes son pequeñas pero crecen cada día. Combinando hábilmente las reivindicaciones democráticas con las transicionales, vinculando las luchas cotidianas con la idea de la revolución socialista, conectarán con una capa cada vez más amplia de trabajadores y estudiantes que buscan un cambio fundamental de sociedad. El futuro de Irán está en el camino revolucionario, y la revolución iraní está destinada a conmocionar el mundo.
Londres, 15 de junio de 2009
Irán: ¡La Revolución ha comenzado!
escrito por Alan Woods
jueves, 16 de junio de 2009
Acontecimientos dramáticos están desarrollándose en Irán. Cientos de miles de personas marcharon en silencio el lunes por el centro de Teherán para protestar en contra del resultado oficial de la elección presidencial, en una extraordinaria muestra de desafío que parece ser la más grande manifestación contra el gobierno en Irán desde la revolución de 1979. La agencia Reuters dice que un manifestante fue muerto a tiros [Las últimas informaciones hablan de 7 muertos. Nota de EM]. Pero nada puede detener la marea. La situación revolucionaria se desarrolla con la velocidad de un relámpago.
Los partidarios del candidato presidencial derrotado, Mir Hossein Mousavi, han inundado las calles en Teherán y de otras ciudades para exigir la impugnación de la elección presidencial después de que el presidente, Mahmoud Ahmadinejad, representante de la línea dura del régimen, se atribuyera la victoria.
La marcha comenzó horas después de que el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, pidiera una investigación ante los reclamos de la oposición de que las elecciones fueron manipuladas en favor del Presidente Mahmoud Ahmadinejad. El movimiento de masas ha conmocionado a los dirigentes y ha agravado las contradicciones internas del régimen. La televisión estatal informó de que líder supremo ayatollah Ali Jamenei, que ha respaldado el resultado de las elecciones, instó a los 12 miembros del Consejo de Guardianes a "considerar de manera precisa" las denuncias. Esto es una indicación gráfica de la crisis del régimen.
El llamamiento del ayatolá - anunciado cada 15 minutos en la radio estatal iraní, durante todo el día - fue el primer signo de que altos dirigentes de Irán podría reconsiderar su posición sobre la elección. Jamenei anunció el sábado que los resultados de las elecciones que mostraron una victoria para Ahmadinejad fueron justos, pero el domingo se reunió con Mir Hussein Moussavi, ex-primer ministro, representante de la línea moderada del régimen y principal candidato de la oposición, para escuchar sus preocupaciones.
Un portavoz del consejo, que debe aprobar oficialmente los resultados de las elecciones para darles rango definitivo, dijo que se reuniría el martes con el señor Mousavi. La resolución de este organismo es esperada para decidir sobre las denuncias en la semana próxima. Sin embargo, el movimiento revolucionario está cobrando tal impulso que, incluso si deciden anular los resultados y convocar a nuevas elecciones, no está claro que eso será suficiente para detener el movimiento.
Los intentos de represión del régimen
Cuando caía la noche, la televisión estatal iraní informó de que los manifestantes habían sido disparados, y la agencia Associated Press informó que los disparos al parecer habían llegado después de que un grupo de manifestantes con garrafas de nafta intentó incendiar el recinto de una milicia de voluntarios, Basijs, vinculados a los poderosos Guardianes de la Revolución. Al menos una persona habría sido asesinada [los medios informativos ya hablan de 7 personas asesinadas. Nota de EM].
Fue imposible confirmar independientemente estos informes, que llegaron después de un día durante el cual las fuerzas de seguridad permanecieron apostadas junto a las veredas en las avenidas, junto a las oleadas de manifestantes.
La marcha silenciosa fue un fuerte contraste con el caos de los últimos días, cuando la policía antidisturbios roció con gas lacrimógeno y utilizó porras para dispersar a las bandas de jóvenes enojados y asustados. En Isfahan, al sur de la capital, la mayor violencia tuvo lugar el lunes cuando la policía atacó a una multitud de varios miles de manifestantes de oposición con palos y gases lacrimógenos, a raíz de lo cual aquéllos incendiaron diversas partes de la ciudad.
Más allá de la capital, las manifestaciones se han extendido a por lo menos siete ciudades de las provincias. Las protestas han marcado el más serio despliegue de descontento en la República Islámica en años. La amplitud del movimiento de masas no tiene precedentes. Se trata de un estallido repentino de toda la rabia y frustración que se ha ido acumulando durante los últimos 30 años.
Los funcionarios iraníes han bloqueado el envío de mensajes de correo electrónico y el acceso a ciertos sitios web a los opositores del Presidente Ahmadinejad, pero por ahora el Twitter sigue siendo un vehículo para la protesta. Los manifestantes están aparentemente utilizando el Twitter para expresar su oposición a los resultados oficiales de las elecciones del pasado fin de semana, que dieron la victoria a Ahmadineyad sobre su rival Mir Hossein Mousavi.
El régimen está tratando de utilizar la represión para detener el movimiento de masas. La agencia Reuters informó: "Los milicianos islámicos Basij de línea dura mataron al menos a una persona el lunes e hirieron a muchos más cuando su edificio fue atacado por manifestantes que protestaban por la elección que, según ellos, les fue robada por el Presidente Mahmoud Ahmadinejad".
Siempre que la policía antidisturbios carga, agitando sus porras, con sus escudos a un primer plano, la gente corre por las calles para escapar. La comentarista del canal de televisión Cuatro, Linsay Hilsum, en Teherán dice: "Las brigadas antidisturbios, con su ropaje negro, se mueven en falanges sobre motocicletas, cabalgando sobre el pavimento, pasando junto a los transeúntes. No es necesario ser un manifestante para ser golpeado"
Y continúa: "El domingo por la mañana, terminamos en una multitud corriendo y escondiéndose en una escalera. Un joven de un piso superior nos invitó a subir a su oficina. Como muchos iraníes con quienes me he reunido en los últimos días, él creció en el viejo orden, y ha votado por Mir Hossein Mousavi, el candidato alternativo.. Pero él no estaba entre los jóvenes de las calles, tirando piedras a la policía, porque no tenía ninguna esperanza de lograr un cambio.
"No hay liderazgo", dijo. "El señor Mousavi no nos dirigirá porque los que controlan el país son más poderosos que él. Todo está en manos del Líder Supremo". Pero esto ya no es verdad. La situación no está en manos del Líder Supremo ni de Mousavi. El poder se está escapando de las manos temblorosas de los dirigentes y pasando a la calle.
Los líderes reformistas, que hasta hace poco formaban parte del Establishment, están, sin duda, aterrorizados por las fuerzas que han desatado. Mousavi se ha visto obligado a ponerse a la cabeza del movimiento en un intento de dirigirlo hacia canales seguros. Pero ni siquiera él controla los acontecimientos. Por el contrario, los eventos lo controlan a él.
En las calles hay un cambio en el estado de ánimo. Existen informes de un aumento de la confianza y la combatividad por parte de los manifestantes. Algunos informes dicen que los manifestantes han atacado las oficinas de los odiados Guardianes de la Revolución. Se trata de un acontecimiento extraordinario y sin precedentes. Esto demuestra que una vez que el pueblo se levanta y dice "no", ninguna fuerza en la tierra puede detenerlo.
El movimiento está extendiéndose a la clase obrera. Hay informes de que otro mitin de masas, y una huelga nacional están previstos para mañana. La huelga ha estado siendo impulsada desde primeras horas de ayer, pero ahora se convoca a otra gran concentración para mañana [martes. Nota de EM]. "Según la fuente, habrá un mitin mañana donde hablará Mousavi a las 5 pm en la Plaza Vali Asr y un paro nacional de todos los seguidores de Mousavi".
La situación está cambiando, no día a día, sino hora a hora. Como una pesada roca lanzada en un lago tranquilo, el golpe de Ahmadinejad ha agitado a la sociedad iraní hasta las profundidades. Nadie puede decir dónde terminarán los acontecimientos. Pero una cosa es cierta: Irán no será el mismo de nuevo. Las masas están empezando a moverse, y el movimiento no se detendrá fácilmente. Tenemos derecho a decir con confianza: ¡La Revolución Iraní ha comenzado!
15 de junio de 2009
La revolución iraní: ¿Qué significa y hacia dónde va?
escrito por Alan Woods
jueves, 16 de junio de 2009
Todas las condiciones objetivas para la revolución señaladas por Lenin están maduras en Irán. Los acontecimientos de los últimos días marcan el principio de la revolución iraní, que se desarrollará durante todo un período. Esto se debe a la ausencia de un partido revolucionario de masas capaz de dirigir a las masas hoy. Pero las condiciones para construir esta fuerza también están maduras. Los trabajadores y jóvenes de Irán buscarán las genuinas ideas del socialismo revolucionario, del marxismo.
Ayer escribía que la revolución iraní ha comenzado. ¿En qué sentido es verdad? Lenin explicaba las condiciones para una situación revolucionaria: primero que la clase dominante debe estar dividida e incapaz de gobernar con los mismos métodos que antes. Esta condición está claramente presente en Irán. En segundo lugar, la clase media debe estar vacilante entre la revolución y la contrarrevolución. Ese es el caso ahora en Irán, donde sectores decisivos de la clase media se han posicionado al lado de la revolución y se están manifestando en las calles. Tercero, los trabajadores deben estar preparados para luchar. Ha habido una creciente oleada de huelgas en Irán incluso antes de las elecciones.
Sólo está ausente la última condición: la presencia de un partido y dirección revolucionarios, como el Partido Bolchevique en 1917. La presencia de este partido daría al movimiento de masas la dirección y organización que necesita para el éxito. Significaría una victoria rápida y relativamente pacífica. En ausencia de tal partido, la revolución se desarrollará a lo largo de un período más prolongado de meses, probablemente años, con alzas y bajas.
Una revolución no es el único acto de un drama. En 1917 la revolución se desarrolló a lo largo de un período de nueve meses. En este período hubo momentos de tremendo empuje, como en febrero, pero también hubo períodos de cansancio, derrotas e incluso reacción, como el período que siguió a las Jornadas de Julio. Desde julio hasta finales de agosto hubo un período de reacción en el cual los bolcheviques pasaron a la clandestinidad, su prensa quedó destruida, Trotsky estaba en prisión y Lenin tuvo que huir a Finlandia.
La revolución española, que probablemente es la mejor guía para lo que sucederá en Irán, comenzó con el derrocamiento de la monarquía (fruto de las elecciones municipales) en abril de 1931. Esto abrió un período de revolución que duró siete años, con alzas y bajas, hasta la derrota de los trabajadores en las Jornadas de Mayo de 1937 en Barcelona. En este período de siete años tuvimos el llamado Bienio Negro, que siguió a la derrota de la Comuna Asturiana de 1934 y duró lasta la elección del Frente Popular en 1936.
En ausencia de un partido revolucionario de masas, la revolución iraní, como la revolución española, se puede prolongar durante varios años y se caracterizará por un carácter turbulento y convulsivo, el ascenso y la caída de diferentes gobiernos, líderes y partidos, antes de finalmente plantearse la cuestión del poder. Pero los acontecimientos que se desarrollan ante nuestros ojos marcan un cambio fundamental en toda la situación. El genio ha salido de la botella en la que llevaba tres décadas encerrado. Y será imposible obligarse a entrar de nuevo en prisión.
Muchos observadores han expresado sorpresa ante un movimiento que parece caer de un cielo azul. Pero en realidad esta explosión lleva mucho tiempo preparándose. La furia de la población refleja todas las frustraciones y rabia acumulada durante las últimas tres décadas. También refleja el deterioro de la situación económica y la caída de los niveles de vida. La economía fue la cuestión central en la campaña electoral y sigue en el punto central de las preocupaciones de la mayoría de los iraníes, después de cuatro años de grandes aumentos de la inflación y del desempleo.
Aunque con Ahmadinejad los sectores más pobres de la sociedad se han beneficio del dinero que ha entrado por los ingresos petroleros de Irán, muchos otros se quejan de que el aumento de la liquidez ha doblado o triplicado los precios. El parlamento ha bloqueado la reducción de subsidios y eso ha alimentado más la inflación, que ya está en aproximadamente un 24 por ciento. Pero la crisis económica significa recortes y austeridad, Shamsoddin Hosseini, ministro de economía, dijo ayer que la privatización de las empresas estatales se realizaría en el "marco" de la próxima política económica de Irán.
Esto en parte explica el carácter combativo de un movimiento de oposición furioso y decidido, que ha encontrado un símbolo improbable en un hombre de 68 años de edad, Mir-Hossein Mousavi, que anteriormente formaba parte del establishment iraní, y todavía lo es. Cuando la población comienza a perder el miedo y está dispuesta a desafiar las armas de la policía en un país como Irán, ese es el principio del fin. Este maravilloso movimiento de masas en aún más increíble cuando se ve que está desorganizado y sin dirección.
El heroísmo de las masas
El factor decisivo ha sido la reciente irrupción de las masas en la escena de la historia. El tremendo heroísmo de las masas se puede ver en la inmensa manifestación de ayer, desafiando las advertencias del régimen que amenazó con recibirla con balas. Al menos un millón de manifestantes ignoraron estas amenazas, las armas y el derramamiento de sangre para exigir libertad en Irán. Ayer murieron ocho personas y un número desconocido resultaron heridas. Y este movimiento todavía sigue sin disminuir.
Robert Fisk, uno de los mejores periodistas británicos, presenció lo que califica como el día del destino de Irán y envió un reportaje intenso de lo que sucedió:
"Un millón de personas marcharon desde la plaza Engelob hasta la plaza Azadi, desde la Plaza de la Revolución a la Plaza de la Libertad, ante los ojos de la brutal policía antidisturbios de Teherán. Las multitudes cantaban y gritaban, reían y denostaban a su ‘presidente' como ‘polvo'. Un estudiante hacía un chiste: ‘¡Ahmadinejad nos llamó polvo y se lo demostraremos con una tormenta de arena!'".
Fisk continúa:
"Desde la revolución iraní de 1979 las masas no se habían reunido en tal número o con tal arrolladora popularidad en los bulevares de esta tórrida y desesperada ciudad. Daban empellones, empujaban y se amontonaban a través de los estrechos callejones hasta llegar a la autopista principal y después se encontraron con la policía antidisturbios con cascos de acero y porras a cada lado. La población ignoró todo. Y los policías, horriblemente superados por estas decenas de miles, reían tímidamente y, para nuestro asombro, decían que sí con la cabeza a los hombres y mujeres que exigían libertad. ¿Quién podía creer que el gobierno había prohibido esta manifestación?"
Aquí vemos la verdadera cara de la revolución. Las masas se encontraron con la temida policía antidisturbios y simplemente les ignoraron. La policía, se encontró con un movimiento masivo, vacila, y le da paso, "sonriendo tímidamente" y diciendo que sí con la cabeza. Este incidente es una repetición casi exacta de lo que Trotsky describe en su Historia de la Revolución Rusa:
"Después de la reunión mañanera, los obreros de la fábrica de Erickson, una de las más avanzadas de la barriada de Viborg, se dirigieron en masa, con un contingente de unos 2.500 hombres, a la avenida de Sampsonievski, y en una calle estrecha tropezaron con los cosacos. Los primeros que hendieron en la multitud, abriéndose paso con el pecho de los caballos, fueron los oficiales. Tras ellos venían los cosacos galopando a toda la anchura de la avenida. ¡Momento decisivo! Pero los jinetes se deslizaron cautamente como una larga cinta por la brecha abierta por los oficiales. ‘Algunos -recuerda Kajurov- se sonreían, y uno de ellos guiñó el ojo maliciosamente a los obreros'. Aquella guiñada del cosaco tenía su porqué. Los obreros recibieron valientemente, aunque sin hostilidad, a los cosacos, y les contagiaron un poco de su valentía. Pese a las nuevas tentativas de los oficiales, los cosacos, sin infringir abiertamente la disciplina, no disolvieron por la fuerza a la multitud y, renunciando a dispersar a los obreros, apostaron a los jinetes a lo ancho de la calle para impedir que los manifestantes pasaran al centro. Pero tampoco esto sirvió de nada. Los cosacos montaban la guardia en sus puestos con todas las de la ley, pero no impedían que los obreros se deslizaran por entre los caballos. La revolución no escoge arbitrariamente sus caminos. Daba sus primeros pasos hacia la victoria bajo los vientres de los caballos de los cosacos. ¡Interesante episodio!".
La valentía de los manifestantes iraníes fue más impresionante porque muchos ya habían aprendido de los salvajes asesinatos de cinco iraníes en el campus de la Universidad de Teherán, cerrado a punta de pistola por los milicianos Basiji. Fisk describe la escena:
"Cuando llegué a las puertas del colegio ayer por la mañana, muchos estudiantes estaban llorando detrás de la cerca de hierro del campus, gritando ‘masacre' y lanzando trapos negros a través de la malla. Eso fue cuando la policía antidisturbios regresó y cargó en el terreno de la universidad una vez más".
Y de nuevo Fisk:
"En algunas ocasiones, el desfile de la victoria de Mousavi amenazó con quedar aplastado en medio de muros de hombres y mujeres cantando. Se hundía en las alcantarillas y tropezaban con árboles rotos e intentaban mantener el paso de su vehículo, enormes serpentinas de lino verde en cadena frente al vehículo de su líder político. Cantaban al unísono, una y otra vez, las mismas palabras: ‘Tanques, armas, Basiji, ahora no tenéis efecto'. Cuando los helicópteros del gobierno sobrevolaban la zona, estos miles miraban hacia arriba y aullaban sobre el estruendo de las hélices: ‘¿Dónde está mi voto?' Las frases hechas que en estos días titánicos llegan fácilmente, pero era un momento verdaderamente histórico".
Aquellos ciudadanos que no participaban en la manifestación expresaban su solidaridad desde las ventas y tejados, como describe Fisk:
"[...] Un hombre se derrumbó en la carretera, su cara estaba cubierta de sangre. Pero la gran masa de personas se movía, ondeando sus banderas verdes y gritando de gozo junto a miles de iraníes que estaban en los tejados.
"A la derecha, todos vieron la casa de un anciano que salió al bancó, envejecido y tullido, parecía que debía haber recordado el reino del detestado Sha, quizá incluso de su escalofriante padre, Reza Khan. Una mujer que debía tener unos 90 años ondeaba un pañuelo de mano verde e incluso un aciano surgió de un estrecho balcón para ondear al aire su muleta. Desde abajo miles chillaban de alegría ante este anciano.
"Andando al lado de esta gran marea humana, parecía que a todos nos había poseído una extraña temeridad. ¿Quién se atreve a atacarnos ahora? ¿Qué gobierno puede negar a un pueblo de este tamaño y determinación? Preguntas peligrosas.
Fisk señala que los manifestantes no sólo eran personas de clase media y estudiantes:
"No sólo eran los jóvenes, la gente a la moda y las damas morenas del norte de Teherán. Ahí estaban los pobres también, los trabajadores callejeros, mujeres de mediana edad cubiertas con el chador. Unos cuantos niños a sus hombros y niños en brazos, hablándoles de vez en cuando, intentando explicar el significado de este idea a una mente que no recordarían en los años venideros dónde habían estado estos días.
Las manifestaciones de masas eran una réplica exactas de las vividas en la revolución de 1979, que fue posteriormente secuestrada por el ayatolá Jomeini y su banda reaccionaria. El Sha poseía un aparato del estado colosal, pero cuando las masas se enfrentaron a él, se derrumbó como un castillo de arena. Tan pronto como la odiada Basiji atacó a los estudiantes. Por la tarde los propios Basiji se enfrentaron a cientos de manifestantes en el oeste de la ciudad. Después se escucharon dispararon en los suburbios. Aquellos que llegaron demasiado tarde para abandonar Azadi, se encontraron con los disparos de los Basiji. Al final fueron ocho los muertos, con un número desconocido de heridos.
El régimen vacila
Este espléndido movimiento de las masas ha cambiado todo en veinticuatro horas. La arrogancia de poder desplegada por Mahmoud Ahmadinejad sólo un día antes se ha evaporado. En su lugar hay signos de pánico en el régimen. El sábado y el domingo hubo represión, violencia y derramamiento de sangre, pero el lunes todo cambió. Las autoridades deben haber sentido que todo lo conseguido en 1979 se les escapaba de las manos. Así es como el Sha fue derrocado hace treinta años, con manifestaciones de masas y la posibilidad de huelga general.
Ahora temen que puedan estallar enfrentamientos violentos e incluso guerra civil, que no están seguros de ganar. Cuando la clase dominante teme que pueda perderlo todo, siempre está dispuesto a hacer concesiones y ofrecer algo. Ahora las autoridades ofrecen el recuento de votos pero no nuevas elecciones. La decisión de retirada procede del líder supremo, el poder real en el Estado, que inicialmente había confirmado el resultado electoral.
El ayatolá Alí Kamenei ha accedido a investigar los resultados electorales, quizá revisen una o dos estadísticas. Pero son pocas concesiones y llegan muy tarde. No pacificarán a los manifestantes sino que conseguirán lo contrario. Cada paso atrás del régimen será visto como un signo de debilidad y les empujará más a la acción. Mousavi ha pedido la anulación de las elecciones, mientras que el régimen sólo ofrece un recuento parcial.
La seriedad de la crisis está afectando a la economía. La burguesía iraní está votando con los pies. Hay pánico en la comunidad empresarial debido al resultado electoral, hoy The Financial Times publicaba:
"La comunidad empresarial de Irán ayer se mostró inequívoca en su reacción ante la reelección como presidente de Mahmoud Adhmadinejad. La bolsa de Teherán cayó abruptamente, mientras que los influyentes bazaaries amenazaban con cerrar ayer en señal de protesta".
El hecho de que los bazaaris, que anteriormente eran seguidores sólidos del régimen ahora amenacen con la huelga, es otra prueba del alcance de la revolución y que se extiende constantemente. Sin embargo, la ausencia de una dirección seria significa que el resultado final se retrasa. The Financial Times, que es el órgano más astuto del capital internacional, escribe:
"La oleada de rabia pronto podría amainar, particularmente si la represión se vuelve más brutal. Los analistas están esperando ver si eso provoca campañas de desobediencia civil de segmentos de la sociedad que habían apoyado a Mousavi, incluidos empresarios de los bazares de Irán que hoy amenazaron con la huelga, de los sindicatos y estudiantes, o protestas de los clérigos que también habían apoyado su candidatura.
"'Habrá a partir de ahora muchas explosiones esporádicas sobre distintas cuestiones, en cuanto la población piense que no hay ninguna salida pacífica para conseguir el cambio' según explica un analista".
Debilidad de la dirección
Esta perspectiva es similar a la que plantee en mi primer artículo. Incluso las huelgas más tormentosas y manifestaciones callejeras no pueden resolver la cuestión central: la cuestión del poder estatal. No basta con que algunos policías sonrían a los manifestantes. A menos que la policía y el ejército se pasen al lado de la población, las armas de la República Islámica siguen en manos de la administración de Ahmadinejad y sus protectores clericales. La cuestión de la dirección aún es primordial.
En 1999, el régimen reprimió una oleada de malestar estudiantil en cuestión de días, en esta ocasión, los protestantes parecen más fuertes. Los intentos de represión han tenido el efecto contrario al que pretendían. Existe un furioso fermento en la Universidad de Teherán después del asalto brutal de las bandas armadas de Ahmadinejad. Algunos dicen que miembros de la milicia religiosa atacaron sus dormitorios. "Golpearon a nuestros amigos y se llevaron por lo menos a cien estudiantes. No tenemos noticias de sus paraderos", decía uno. 120 profesores universitarios han dimitido en señal de protesta.
Pero la valentía de los manifestantes no es una característica de los dirigentes. Hombres como Mirhossein Mousavi no son dirigentes sino que están a la cabeza por un accidente histórico. Kerensky y el padre Gapón pertenecen a la misma categoría filosófica. Estos individuos surgen rápidamente a la superficie, impulsados por la marea de los grandes acontecimientos históricos, consiguen una fama prestada en poco tiempo y después desaparecen sin dejar rastro, barridos como la espuma en una ola oceánica, hundidos por otras corrientes más poderosas. Primer ministro en los años ochenta, había desaparecido de la opinión pública y dedicado su tiempo a su pasatiempo favorito: la pintura abstracta. Ahora la historia parece que la ha cogido por el cuello y empujado a la primera línea, donde ve una espectáculo nada cómodo.
A pesar de sus ataques contra la política interior y exterior del régimen, Mousavi nunca ha sido un oponente de la República Islámica. En realidad, se había presentado a presidente como un "principista" que busca el regreso a los verdaderos valores y principios de la revolución islámica de 1979. Pero su mensaje había encajado con las reivindicaciones de más libertad democrática y una gestión pragmática de la economía.
Su candidatura, además, fue casi accidental. Era reticente a volver a la presidencia pero se lo había pedido, una y otra vez, Mohammad Katamí, el anterior presidente reformista. Una vez decidido, recibió rápidamente el apoyo de Akbar Hashemi Rafsanjani, una figura política destacada del campo conservador que está al frente ahora del Consejo de Conveniencia, un organismo veterano que diseña la política macro, y de la Asamblea de Expertos, que nombra al próximo líder supremo.
Aunque de él esperaban que fuera un centrista, poco a poco la campaña de Mousave adoptó las mismas consignas que los reformistas, incluso con más vigor. Reorientó sus mensajes durante los mítines para apelar a la clase media urbana educada, criticando el extremismo del presidente y ridiculizando su política económica populista.
Pero mientras los jóvenes reformistas, muchos de los cuales tomaron las calles de Teherán de nuevo ayer y se manifestaban cuando terminó en violencia, en él buscaban un cambio fundamental, Mosuavi tiene otras ideas. Fisk escribe lo siguiente sobre la manifestación:
"Mirhossein Mousavi estaba entre ellos, montado en un automóvil en medio del calor y el humo, sin reír, asombrado e inconsciente de que esta épica manifestación podría florecer en media de la desesperanza del derramamiento de sangre poselectoral en Irán. Puede que oficialmente perdiera las elecciones del viernes, pero ayer fue su desfile electoral de la victoria por las calles de su capital. Terminó, inevitablemente, en disparos y sangre".
El ojo perspicaz de Fisk hace un retrato psicológico acertado y penetrante del líder reformista: "sin reír, asombrado e inconsciente" de las inmensos poderes que ha conjurado y que, como el aprendiz de brujo, es incapaz de controlar. Las vacilaciones de Mousavi se han destacado en la prensa burguesa. The Financial Times dice:
"Ha aparecido roto entre las peticiones de que continúen las protestas y que se detengan para evitar la violencia y la pérdida de vida presenciada la noche pasada. [...] Mousavi inicialmente desconvocó la protesta del viernes por temor a la violencia, pero después se unió a los manifestantes en las calles. El dilema al que se enfrenta es que las manifestaciones marcan la mayor protesta pública desde la revolución islámica de 1979".
Según su portavoz, Mousavi ha pedido a aquellos que le apoyan que no asistan al mitin planificado para hoy en la capital. "Mousavi... pidió a sus seguidores que no asistan al mitin de hoy para proteger sus vidas. El mitin de los moderados se ha cancelado", según dijo el portavoz. Pero en el momento de escribir estas líneas la radio informe de grandes multitudes de nuevo reunidas en las calles de Teherán y las noticias dicen que las manifestaciones aún son más grandes que las de ayer.
La posibilidad de un enfrentamiento sangriento siempre está presente. Esto es lo que comenta un periodista:
"La rabia y el odio en los ojos de ambas partes, independientemente del resultado, enfurecerá a algunos [...] La policía intenta mantenerse lo más civilizada posible, pero no todos escuchan a los comandantes de la policía. [...] No es fácil pedirles calma. ¿Qué sucederá cuando se rompa la cadena de mando, cuando ambas partes pasen al enfrentamiento y no escuchen a sus comandantes? Esta es una situación muy peligrosa".
Sin embargo, dado el nivel de rabia popular, el efecto de esta situación no será la que se pretendía. Un solo enfrentamiento sangriento, y toda la situación explotará. La idea de una huelga general ya se ha planteado. Un acto a gran escala de terrorismo de estado se encontrará con una oleada de huelgas y protestas que rápidamente podrían transformarse en una insurrección en las líneas de 1979. Mousavi está desesperado por evitar esta situación. Según dice: "Cuando a alguien que le gusta la policía, yo les recomiendo evitar reacciones duras hacia las acciones de personas motivadas por ellas mismas y que no permitan que la confianza de la población en este valioso órgano sea dañada".
Nosotros lo pronosticamos
Las actuales protestas fueron ya pronosticadas por los marxistas. Hace casi diez años dijimos que las grandes manifestaciones estudiantiles eran "los primeros disparos de la revolución iraní". Pocas personas prestaron atención a ese pronóstico. Pero Irán ha continuado en primera línea de las perspectivas de la CMI. En un discurso ante el congreso mundial de la CMI en agosto de 2008 dije lo siguiente:
"Irán está maduro para la revolución. Allí tenemos todas las condiciones enumeradas por Lenin para la revolución: divisiones por arriba, fermento entre la clase media, una poderosa clase obrera con tradiciones revolucionarias, oleadas importantes de huelgas, etc., El único factor ausente es el factor subjetivo, el partido revolucionario. El trabajo de nuestros compañeros iraníes es de gran importancia para la CMI. Debemos ayudarles.
"La situación en Irán es muy similar a la de Rusia antes de 1905. Una vez que las masas iraníes comiencen a moverse, que tengan cuidado. La revolución puede tomar diferentes caminos pero de una cosa podemos estar seguros, ¡no será una insurrección fundamentalista! 28 años de mulás en el poder les ha desacreditado totalmente entre las masas y la juventud. La mayoría de la población es joven y fresca, estarán abiertos a las ideas revolucionarias y al marxismo. La revolución iraní cambiará toda la situación en Oriente Medio, mostrando que el genuino antiimperialismo no necesita ser fundamentalista. Tendrá un impacto en toda la región".
Estas palabras han sido totalmente reivindicadas por los recientes acontecimientos. La revolución iraní ha tenido un largo período mara madurar, pero ha resurgido con mucha más fuerza. Las anteriores insurrecciones de los heroicos estudiantes iraníes han sido silenciadas por la represión sangrienta y la detención de sus dirigentes. Pero, como pronosticamos en su momento, estos reveses serían sólo temporales:
"Debido a la falta de dirección, la represión podría tener el efecto de posponer el movimiento temporalmente, pero sólo a costa de provocar más tarde explosiones más violentas e incontrolables". (Los primeros disparos de la revolución iraní. 17 de julio de 1999). Este pronóstico ha quedado totalmente confirmado por los acontecimientos. La lucha continuará, con inevitables alzas y bajas, hasta que se llegue a un resultado decisivo.
Sobre las tareas urgentes del movimiento revolucionario escribí en aquel momento:
"Los trabajadores y jóvenes de Irán han demostrado repetidamente un gran potencial revolucionario. Lo que hace falta es dar al movimiento una forma organizada, un programa y perspectiva claras. Por el camino del compromiso y la colaboración de clase no hay salida posible. La condición previa para el éxito es el movimiento independiente de la clase obrera, junto con sus aliados naturales, y una ruptura decisiva con la burguesía liberal. Es necesario crear comités de acción para organizar y coordinar el movimiento a nivel local, regional y nacional. Es necesario prepararse para la autodefensa contra las bandas de vigilantes, mientras que hace un llamamiento a la base del ejército para que se pase al lado de la población.
"Sobre todo, es necesario elaborar un programa concreto para vincular la lucha por los derechos democráticos con las demandas programáticas para resolver los problemas más apremiantes de la clase obrera, el campesinado, los parados, las mujeres y la juventud. Este programa necesariamente implicará una ruptura radical con el capitalismo y pondrá en el orden del día la lucha por el poder obrero y un movimiento en dirección al socialismo en Irán. La condición previa para el éxito de la lucha es la participación activa de la clase obrera, particularmente del sector decisivo de los trabajadores petroleros. Una vez la clase obrera de Irán tenga el poder en sus manos, pueden comenzar un movimiento que se extienda como una bola de fuego por toda la región. Tendría un efecto mayor que la revolución rusa de 1917, especialmente si está dirigido por un partido marxista revolucionario consciente. La creación de este partido es por tanto la tarea más urgente para la vanguardia de los trabajadores y estudiantes iraníes. Armados con las ideas, programa y estrategia correctos, la clase obrera iraní será invencible".
No hay mucho más que añadir a eso. No estamos discutiendo perspectivas abstractas sino hechos. El maravilloso movimiento de los trabajadores y estudiantes de Irán es la respuesta final a todos los escépticos y cobardes que dudan de la capacidad de la clase obrera para cambiar la sociedad. La revolución en Irán ha comenzado y está destinada a pasar por toda una serie de etapas antes de que finalmente emprenda su rumbo. Pero al final estamos seguros de que triunfará. Cuando llegue ese momento, tendrá repercusiones explosivas en todo Oriente Medio, Asia y el resto del mundo.
Hacemos un llamamiento a los trabajadores del mundo para que ayuden a nuestros hermanos y hermanas iraníes.
¡Viva la revolución iraní!
¡No a la represión y la tiranía!
¡Trabajadores del mundo uníos!
Londres 16 de junio de 2009.
Gigantesca manifestación en Teherán: La sublevación continúa
escrito por Alan Woods
domingo, 17 de junio de 2009
Continúan las tormentosas manifestaciones callejeras en Irán y cobran fuerza. Los manifestantes anti-gobierno celebraron otro gran acto hoy (miércoles) en el centro de Teherán, que, a juzgar por las fotografías que acabamos de recibir, ha empequeñecido las masivas manifestaciones de los últimos días. Desafiando de nuevo los llamamientos del ayatolá Alí Kamenei, el líder supremo, a no salir a las calles. Frente a estas enormes protestas, el régimen gobernante en Teherán se ve empujado en direcciones contrarias.
A última hora del martes, el ayatolá Kamenei se reunión con los cuatro candidatos que se presentaron a las elecciones del viernes y les pidió que mantuvieran la calma. Dijo que nadie debía hacer nada que creara tensión y que todos debían dejar claro que las tensiones y los disturbios no son sus demandas. Dijo que si era necesario recontar algunos votos, se haría en presencia de los representantes de los candidatos. Pero los manifestantes no han hecho caso a los llamamientos.
El gobierno, claramente nervioso, ha suprimido todos los instrumentos de información, incluidos los mensajes de texto, las redes sociales y otros lugares de internet, en un intento de evitar que la oposición organice actos. Pero un nuevo síntoma de las divisiones en la dirección de Irán es el hecho de que el ministro de interior ordenara una investigación sobre el ataque a los estudiantes universitarios que dicen fue cometido por la milicia y la policía. Eso llega un día después de que el influyente portavoz parlamentario, Alí Larijani, condenara el asalto a los dormitorios de la Universidad de Teherán.
Las manifestaciones se encuentran con la simpatía de la población. Sin embargo, hoy hubo nuevos signos de medidas duras. Los grupos pro derechos humanos dijeron que por lo menos 100 personas fueron arrestadas en la ciudad de Tabriz, un centro histórico de la protesta y feudo de Mousavi. Mientras tanto, el fiscal general de la provincia central de Isfahan avisó de que aquellos que están detrás de los disturbios poselectorales podrían enfrentarse según la ley islámica a la pena de muerte.
Llegaron también noticias sin confirmar que Mohammad Asgari, que era responsable de la seguridad de la red tecnológica en el ministerio de interior iraní, murió ayer en un sospechoso accidente de coche en Teherán. Asgari había dicho que se podía demostrar que Mousavi había ganado con casi 19 millones de votos y por tanto sería presidente.
La Guardia (contra) Revolucionaria dijo que las webs de noticias y blogs estaban alentando los disturbios extendiendo mentiras, falsas acusaciones y organizando desórdenes públicos. La guardia dijo que estos "centros organizados" eran apoyados por empresas norteamericanas y canadienses, y por medios relacionados con los servicios de inteligencia estadounidense y británico. Este intento burdo de vincular las protestas con el imperialismo norteamericano es tan estúpido que no necesita comentarios. El problema de las autoridades es que estas protestas no tienen un "centro organizado" que se pueda arrestar. El carácter espontáneo es tanto su mayor fuente de fuerza como su mayor debilidad.
Testigos presenciales
Los seguidores de Ahmadinejad intentan desesperadamente movilizarse. Celebraron su propia manifestación en Val-y-Asr Square. La televisión mostraba cómo estaba organizada, una masa de personas traídas en autobús desde fuera de Teherán. Muchos de los manifestantes eran de mediana edad y parecían carecer de la determinación de sus rivales. Parecía un asunto rutinario con consignas predecibles en las pancartas: "Muerte al traidor", "Muerte a todo el que esté contra el líder supremo".
Los medios de comunicación oficiales debidamente publican informes de esta manifestación pro-régimen. Pero no dicen ni una palabra de la manifestación de la oposición el lunes o de las manifestaciones en Shiraz, Mashad, Babol y Tabriz. La mayoría de los iraníes no conocen estos acontecimientos, gracias a la infatigable labor de los censores de Ahmadinejad.
En The Independent encontramos hoy un artículo titulado: El miedo ha desaparecido de una tierra que ha probado la libertad, escrito por Robert Fisk. En él nos da un interesante relato de un testigo presencial sobre el comportamiento de las Fuerzas Especiales Iraníes cuando se enfrentaron a dos manifestaciones hostiles de manifestantes y la Guardia Revolucionaria (Basiji) de Ahmadinejad:
"'Por favor, por favor, mantened a los basiji alejados de nosotros', decía una señora de mediana edad a un oficial de las fuerzas especiales con casco, cuando aparecieron las milicias de la República Islámica con sus pantalones de camuflaje e impolutas camisetas blancas a unos metros de distancia. El oficial sonrió. ‘Con la ayuda de Dios', dijo el oficial. Otros dos policías fueron aupados a hombros. ‘Tashakor, tashakor', ‘gracias, gracias', bramaba la multitud ante ellos.
"Fue fenomenal. Las fuerzas armadas especiales de la República Islámica, hasta ahora siempre aliados de los Basiji, estaban dispuestas por una vez, eso parecía, a proteger a todos los iraníes, no sólo a los secuaces de Ahmadinejad. El precedente de esta repentina neutralidad es conocido por todos, fue cuando el ejército del Sha se negó a disparar a los millones de manifestantes que exigían su derrocamiento en 1979".
Este extraordinario informe, junto con el de ayer del mismo periodista, demuestra el grado de ebullición alcanzado por la revolución y que ha afectado a la moral de las fuerzas armadas, incluso a las fuerzas especiales de elite. Este es un acontecimiento muy preocupante para el régimen, que debe recibir horas diariamente y cada hora, arrojando dudas sobre su capacidad de basarse en las fuerzas armadas para reprimir el movimiento. ¡Se trata de una reminiscencia de 1979!
Fisk describe una escena extraordinaria cuando las dos manifestaciones se enfrentan entre sí:
"Policías de paisano, quizás conscientes de la gravedad de la situación que se habría provocado con su obediencia a los hombres de Ahmadinejad, persuadieron a hombres de mediana edad de ambas partes para que se encontraran en el centro de la carretera en medio de la estrecha plaza Vanak. El hombre de Mousavi, con una camiseta marrón, puso las manos alrededor de los brazos del barbudo oficial iraní. ‘No podemos permitir que esto suceda', le dijo. Intentó, como hace cualquier musulmán cuando quiere mostrar su deseo de paz y confianza, besar la mejilla de la cara de su oponente. El barbudo se deshizo de él lanzando improperios.
"Las dos filas de policía ahora estaban hombro con hombro, unidos sus brazos a la espalda, cuando miraron fijamente a sus propios compañeros contrarios con una preocupación cada vez mayor. Un estadounidense-iraní a unos pocos metros, le gritó en inglés: ‘vamos a demostrarles que ya no pueden hacerlo más. Que no pueden dominarnos. Necesitamos un nuevo presidente. O abren paso o lo haremos nosotros'.
"Asustaba la absoluta convicción de estos hombres, la negativa total a aceptar cualquier compromiso, una parte exigía obediencia a las palabras del ayatolá Jomeini y lealtad a los fantasmas de la guerra Irán-Iraq de 1980-1981, la otra, envalentonada por su manifestación de un millón del lunes, exigía libertades, aunque dentro de la República Islámica, algo que no había sucedido antes. Quizás ahora la policía está al otro lado, si el ejemplo de la última noche fue una indicación, bien de algún oficial veterano, o quizás de los propios policías, aterrados ante su comportamiento de los últimos cuatro días, que decidieron que las fuerzas especiales ya no serían más cabeza de turco ante el poder aterrador de los bravucones leales a Ahmadinejad.
"Esto aún no es una revolución para derrocar la República Islámica. Ambos sectores de manifestantes gritaban: ‘Allahu Akbar', ‘Dios en grande', la noche pasada en la plaza Vanak. Pero si las fuerzas de seguridad iraníes ahora están en medio del terreno, entonces para Ahmadinejad representa un verdadero problema".
En enero de 1905 el proletariado ruso hizo su primera aparición en la escena de la historia, llevando en sus manos iconos e imágenes de la Virgen María. Esto representaba la carga pesada del paso, mil años de vida estancada en las aldeas, donde el vodka y la Iglesia eran las únicas formas de alivio a al terrible trabajo pesado y la explotación. Cuando el campesinado ruso dejó la tierra en busca de una vida mejor en las ciudades, fue arrojado al caldero hirviente de la vida fabril, que revolucionó su perspectiva. Los prejuicios religiosos permanecían, pero no evitaron que los trabajadores rusos tomaran el camino revolucionario. Lo mismo sucederá en Irán.
Fisk también habla de las contradicciones que surgen incluso en el campo de Ahmadinejad:
"Cuando anochece en las calles del norte de Teherán, las multitudes se enfurecen más. Escuché a un barbudo oficial basiji exhortar a sus hombres para atacar a los 10.000 hombres y mujeres de Mousabe al otro lado de la línea policial. ‘Debemos defender ahora nuestro país, como hicimos en la guerra Irán-Iraq', gritaba sobre el tumulto. Pero el hombre de Ahmadinejad intentaba calmarle gritando: ‘¡Todos somos ciudadanos! ¡No tengamos una tragedia! Debemos unirnos'".
Sólo unas horas antes siete hombres habían sido asesinados por la basiji al final de la manifestación del lunes, fueron enterrados en secreto en el cementerio 257 en fosas comunes. No se dijo ni una sola palabra de su suerte a sus familiares. En lo que debe ser un paso sin precedentes, los periódicos pro-gubernamentales de Teherán informan de la muerte de los manifestantes. Uno incluso pone en su portada la furiosa condena del rector de la universidad de Teherán por la invasión basiji del campus el pasado domingo por la noche, cuando las fuerzas de seguridad asesinaron a siete jóvenes, hicieron a otros más y destrozaron los dormitorios universitarios. Farhad Rabar dijo que perseguiría a los asesinos para llevarlos ante los tribunales, añadiendo que "la invasión de la universidad de Teherán, que es un símbolo de la educación superior... ha provocado una oleada de dolor y furia en mí".
Más tarde Fisk escribe:
"Cuando salía de Val-y-Asr observé un camión de hombres, todos vestidos con pantalones de camuflaje y camisetas blancas, muchos llevaban porras policiales, poniéndose en marcha hacia el norte de Teherán. Estaban seguidos por los recién vigorizados manifestantes islamistas, caminando a pie las cuatro millas hasta Vanak. Dos soldados conscriptos estaban en medio de los seguidores de Mousavi cuando un anciano les pidió un consejo. ¿Debería quedarse si los basijis rompen el cordón? ‘Los basijis golpean duro, muy duro', dijo uno de los soldados. Y acarició el hombro del anciano y negó con la cabeza"
Pequeños incidentes como este forman parte de cientos de estadísticas que muestran la verdadera dinámica del movimiento.
¿Y ahora qué?
En La Historia de la Revolución Rusa, Trotsky escribe lo siguiente:
"Si tendemos la vista por los siglos pasados, el tránsito del poder a manos de la burguesía se nos aparecerá como sujeto a determinadas leyes. En todas las revoluciones precedentes se habían batido en las barricadas los obreros, los artesanos, a veces los estudiantes y los soldados revolucionarios. Después de lo cual, se hacía cargo del poder la respetable burguesía que había estado prudentemente mirando la revolución por los cristales de su ventana, mientras los demás luchaban". (La paradoja de la revolución de febrero).
Esta es una historia que se repite constantemente en la historia. Las masas revolucionarios luchan y mueren, y los liberales burgueses y los políticos profesionales sin principios recogen los frutos del poder y traicionan a las masas que les han entregado el poder. Pero la experiencia de la revolución de octubre demuestra que este resultado no siempre es inevitable. Lo que hace falta es un partido revolucionario como el Partido Bolchevique de Lenin y Trotsky.
Por supuesto las masas no pueden esperar hasta que estén preparados los marxistas. Cuando el partido está ausente y los problemas insoportables de las masas exigen una solución urgente, entrarán en acción e intentarán resolver sus problemas mediante la acción directa. Algunas veces pueden barrer todo antes y llevar a la caída del odiado viejo régimen. Pero en ese caso, los frutos del poder se los arrebatarán de las manos. Eso es lo que se está preparando en Irán. Si el viejo régimen no puede mantenerse en el poder con los viejos métodos (y los informes citados aquí indican esta situación), ellos recurrirán a otros métodos.
El Estado no sólo se basa en la represión abierta. Puede recurrir a maniobras y trucos para desviar y derrotar al pueblo revolucionario. Los manifestantes han demostrado un potencial revolucionario colosal. Las masas han demostrado un tremendo valor, combatividad y determinación. Pero el movimiento espontáneo de las masas también tiene un lado débil. Carece de una dirección valiente y previsora. El régimen, que lucha por su supervivencia, posee igual determinación. Pero mantiene en sus manos todas las palancas de poder.
Las masas ahora tienen una prueba intoxicada de libertad. Puestas en pie, han aprendido a ignorar la amenaza de la represión estatal, ignoran y desprecian la autocracia clerical que en pasado les aterrorizaba, oprimía y humillaba. Han perdido su miedo y ahora se enfrentan a sus enemigos políticos en las calles con coraje, desafío e incluso un extraño sentido del humor. Si tuvieran una dirección medio decente, podrían tomar el poder sin demasiada dificultad. Pero sin una perspectiva clara, la iniciativa puede girar al otro lado.
El papel dirigente en estas manifestaciones lo han jugado los estudiantes, que también jugaron un papel crucial en el derrocamiento del sha en 1979. Estos jóvenes valientes han demostrado una gran determinación e ingenuidad, utilizando el poder de las modernas telecomunicaciones. Pero si las protestas, que se han producido principalmente en Teherán, quieren tener éxito, deben extenderse a todo el país. Si eso ocurriera, el impulso que generaría podría ser imparable.
En este momento, la situación está en equilibrio. Los próximos días serán decisivos. Es posible que el régimen, en un acto de desesperación, reaccione salvajemente como un animal herido. Puede que una de las manifestaciones de masas termine en una masacre o que los ataques contra los dormitorios estudiantiles terminen en tragedia. En la actual atmósfera eléctrica, esto puede ser una chispa que desencadene huelgas y manifestaciones que podrían llevar al derrocamiento del gobierno. Si tiene éxito representaría el resultado de la línea dura que busca mantener el poder por medios violentos.
Si, sin embargo, el ala reformista de la burocracia consigue convencer a los ayatolás que su mejor opción para salvarse es introducir cambios cosméticos por arriba para evitar una revolución desde abajo, sería posible un resultado diferente. Las masas no pueden manifestarse eternamente en las calles. O el movimiento pasa a un nivel cualitativamente superior a través de la huelga general y la insurrección nacional, o finalmente caerá y llegará la calma hasta alcanzar una calma intranquila, durante un tiempo.
En la sombría lucha por el poder dentro del régimen islámico, las diferentes fracciones luchan como gatos en un saco. Pero ninguna de ellas quiere un cambio real. Mousavi no es un revolucionario anti-régimen y no tiene interés en encabezar una lucha total contra el régimen al que ha servido como primer ministro conservador durante la guerra Irán-Iraq. Es miembro de la camarilla conservadora de Alí-Akbar Hashemi Rafsanjani.
Los duros se resisten a todo cambio, aunque han tenido que ponerse a la defensiva debido al furioso ataque de las masas. Ahora negociarán como bazaaris con Rafsanjani (un experto en esta materia). Intentarán llegar a algún tipo de acuerdo para poner fin a las protestas. Es posible que el régimen garantice su supervivencia reduciendo los poderes del presidente Ahmadinejad y obligándole a algún tipo de acuerdo para un papel en el gobierno a Mousavi en nombre de la "unidad nacional". Este resultado podría provocar un gran desencanto en las masas que, tras un período de esfuerzos violentos, podrían caer temporalmente en la apatía.
Las masas sólo pueden aprender de su experiencia y eso para ellas necesariamente será la experiencia de otro gobierno "reformista", así podrán comprender el verdadero carácter de estos líderes, que desean cambiar sólo los hombres y las caras sin cambios sustanciales. La calma que seguirá a la tempestad no durará mucho. La severidad de la crisis económica no permite una estabilidad duradera. Tarde o temprano habrá una nueva oleada de huelgas y manifestaciones que en ese momento serán a un nivel superior.
Este resultado fraudulento sería una traición de las apasionadas esperanzas de las masas de democracia y libertad. Sería un buen resultado para los imperialistas en general y para la administración Obama en particular. Washington ha sido cauto a la hora de expresar sus "preocupaciones" por las noticias de violencia y fraude electoral. En ningún momento expresó su apoyo a los manifestantes. Obama no tiene interés en un cambio serio en Irán.
El imperialismo norteamericano está preocupado seriamente por los extraordinarios acontecimientos de estos últimos días. Tienen miedo de que el derrocamiento revolucionario de los mulás sirva de ejemplo y pueda tentar a las masas en los países vecinos de Irán para intentar hacer lo mismo. Los reaccionarios regímenes árabes de Egipto y Arabia Saudí penden de un hilo y otros como Jordania y Marruecos no van a la zaga. Preferirían dejar las cosas como están, es mejor tratar con un demonio que conoces que con otro que no conoces.
Por ahora, sin embargo, ni Kamenei ni Mousavi, ni Obama ni Rafsanjani, controlan la situación. El movimiento de masas es lo que domina todo y tiene una dinámica y lógica propia. Los marxistas iraníes pondrán todas sus energías detrás del movimiento de masas y harán todo lo que puedan para darle una forma organizad ay consciente. Los trabajadores y jóvenes volverán a aprender las lecciones de 1979. Debemos recordar que el derrocamiento del Sha fue obra de los trabajadores, que lanzaron una huelga general que se extendió por el país como una bola de fuego.
Los trabajadores del petróleo estuvieron 33 días en huelga, paralizando la economía. Todos los intentos de enviar al ejército a los pozos de petróleo no llevaron a nada. Millones de manifestantes marcharon por Teherán, exigiendo el derrocamiento del Sha, expulsando al imperialismo norteamericano y al armamento de la población. La rebelión se extendió a los soldados, que comenzaron a desertar.
Los revolucionarios tomaron bases militares, el parlamento, las fábricas, las armerías y la televisión. El régimen Pahlavi colapsó como un castillo de naipes. Los trabajadores tomaron las fábricas, los campesinos ocuparon la tierra. Se crearon comités denominados "shoras" que en realidad eran el equivalente a los soviets en la revolución rusa. ¡Estas son las verdaderas tradiciones revolucionarias de Irán! ¡Ese es el camino a seguir!
No se puede confiar en los llamados reformistas burgueses. Decimos a los trabajadores y jóvenes de Irán: ¡no confiéis en Mousavi ni en personas como él! Confiad sólo en vosotros mismos, en vuestra fuerza y organización. Cread comités de lucha, shoras, organizaos y vinculad vuestras luchas local, provincial y nacionalmente. ¡No permitáis que el control del movimiento se os vaya de las manos! Rechazad todos los llamamientos a la desmovilización y cuidado con todos los intentos de maniobrar y acuerdos a vuestras espaldas.
Es imposible decir con certeza cuál será el resultado de esta fase de la lucha, pero una cosa está clara, Irán nunca será el mismo. La escala de las protestas y las vacilaciones de las autoridades han puesto un gran signo de interrogación sobre la supervivencia misma del régimen. Las protestas tienen potencial alterador que está alarmando al régimen. Pero no es suficiente con alterar la sociedad. Es necesario plantear una alternativa.
Independientemente de lo que suceda, la corriente de la historia empuja fuertemente en nuestra dirección. Serán inevitables las derrotas y reveses debido a la naturaleza de los dirigentes. Pero los trabajadores y estudiantes sacarán conclusiones de su experiencia. Tarde o temprano llegarán a la conclusión de que es necesario un cambio fundamental de sociedad. Lo que hace falta no es sólo la democracia, sino una república de trabajadores y campesinos iraníes, que se extenderá como un relámpago por todo Oriente Medio.
Londres, 17 de junio de 2009.
Irán: Kamenei arroja el guante, los trabajadores comienzan a moverse
escrito por Jorge Martín
domingo, 21 de junio de 2009
Cuando llegan noticias sobre los enfrentamientos entre manifestantes y la policía en Teherán, está claro que el movimiento contra el fraude ha alcanzado un punto crítico. El discurso de Kamenei ayer arrojó un guante al movimiento y amenazó con repercusiones si continuaban las protestas, pero la clase obrera organizado ahora se ha unido a la lucha contra el régimen.
En su sermón en las oraciones de los viernes de la Mezquita de la Universidad de Teherán, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Kamenei, puso toda su autoridad tras Ahmadinejad e hizo una enérgica advertencia contra la protesta por el fraude electoral. Rechazó cualquier pretensión de fraude y declaró la "victoria definitiva" de Ahmadinejad. También acusó a occidente de inmiscuirse en los asuntos iraníes. Su sermón tuvo dos mensajes claros. El primero es que no se puede cuestionar la república islámica. Dijo que "la disputa no es entre grupos que están dentro o fuera del establishment islámico. No es una disputa entre los que están a favor y en contra de la revolución. Esta disputa es entre elementos dentro del marco del establishment islámico. Y la población que votó a los cuatro candidatos lo hizo para profundizar y confiando en el establishment islámico". Fue claramente una respuesta al hecho de que las protestas masivas de la semana pasaba han comenzado a cuestionar no sólo la validez de las elecciones, sino el propio sistema y esto es muy preocupante. El hecho de que Kamenei, que normalmente se abstiene de participar directamente en política y mover los hilos detrás del escenario, haya aparecido en unos términos tan enérgicos es una medida de la preocupación de la clase dominante porque el desafío del movimiento de masas también lo es para la propia existencia de la República Islámica.
El segundo mensaje fue una enérgica advertencia contra nuevas movilizaciones. "Es un error que algunas personas asuman que tomando las calles, pueden presionar al establishment islámico y presionar a las autoridades para imponer un compromiso. Es una equivocación esa idea". Y lo apoyó con una amenaza:
"Los desafíos callejeros no son aceptables después de las elecciones. Quiero que todos en ambas partes abandonen este método. Si no lo hacen, las consecuencias y los disturbios serán caerán sobre aquellos que no pusieron fin a ellos... Si hay consecuencias, afectarán directamente a los líderes detrás del escenario".
No sólo no admitirán manifestaciones, sino que si continúan habrá disturbios y cuando hace referencia a los líderes detrás del escenario, probablemente hace referencia a Rafsanjani, además de a Mousavi. Durante toda una semana, cientos de miles y probablemente incluso millones de personas han participado en lo que sabían eran manifestaciones ilegales, que no estaban autorizadas y el régimen fue incapaz de detenerlas. Ahora el Estado ha advertido que no tolerará más esta situación. Pero no puede porque corre el riesgo de socavar la base de su propio poder.
Las advertencias de Kamenei estuvieron apoyadas por más amenazas del aparato del estado. El Consejo de Seguridad de Irán (parte del ministerio de interior) envió una carta a Mosuvai haciéndole personalmente responsable de lo que ocurra hoy, cuando la oposición ha convocado otro acto de masas. "Es vuestro deber no incitar ni invitar a la población a reuniones ilegales, de ser así, será responsable de sus consecuencias". Las órdenes del Consejo de Seguridad a Mousavi son explícitas: "Es su responsabilidad evitar que la población asista a estos actos en lugar de estar haciendo acusaciones contra la aplicación de la ley". También repiten una acusación hecha por Kamenei en su discurso del viernes: la población está manipulada por agentes extranjeros: "Creemos que es una red organizada en la que probablemente estén afiliados grupos extranjeros que deliberadamente alteran la paz y la seguridad de la población". Todo régimen opresivo piensa que el movimiento de la población es obra de "agentes extranjeros" y "agitadores", no son capaces de admitir que cualquier movimiento genuino de masas de la población tiene sus raíces en las condiciones sociales y económicas. ¡Como si más de un millón de personas pudieran ser dirigidas por una pequeña "red organizada" de "grupos extranjeros"!
La carta del Consejo de Seguridad también es muy explícita en lo que harán las fuerzas de seguridad si se celebran más manifestaciones: "Por supuesto ya hemos ordenador a las fuerzas del cumplimiento de la ley para que se ocupen de la situación". Este es el palo.
Pero el discurso de Kamenei también contenía una "zanahoria", una "concesión" diseñada para ofrecer una salida a Mousavi, la defensa de sus denuncias por métodos legales. El sábado, el Consejo de Guardianes de Irán hizo una oferta más concreta: "Aunque el Consejo de Guardianes no está obligado legalmente... estamos dispuestos re recontar un diez por ciento de las papeletas aleatoriamente en presencia de los representantes de los candidatos". Tanto Mousavi como Karroubi, los dos candidatos "reformistas", boicotearon la reunión del Consejo de Guardianes a la que habían sido invitados, sólo asistió el candidato "conservador" Razaei. Este último dice que realmente recibió entre 2,5 y 7 millones de votos, en lugar de los 680.000 que le dan los resultados oficiales.
El problema es que una promesa de recuento parcial es demasiado poco y llega demasiado tarde para el movimiento de masas, que en cualquier caso no está en absoluto bajo el control de Mousavi, muchas de las manifestaciones de la semana pasada han seguido este patrón: alguien cercano a Mousavi anuncia una manifestación, después la desconvoca, pero las masas asisten igualmente, Mousavi dice que estará presente y es visto por las multitudes para no perder así su "dirección" del movimiento.
Teherán ya está lleno de rumores sobre mítines de masas esta tarde y después han sido desconvocados. La "reformista" Asamblea de Clérigos Combatientes, encabezada por Katami, ha anunciado que como no está garantizado ningún permiso oficial, hoy "no habrá concentración". Pero aunque el propio Mousavi desconvoque las protestas, probablemente se celebrarán e igualmente corre el riesgo de perder el control. "Con frecuencia estas protestan pueden tomar vida propia y aunque los líderes desconvoquen las protestas eso no significa que las personas no salgan a las calles y su voluntad no será el resultado de la presión", decía Reva Bhalla, un analista de Stratfor, una empresa global de inteligencia.
Por tanto hoy es un día crucial para el movimiento. Está claro que el Estado ya no puede permitir la manifestación y utilizará todas las fuerzas a su disposición para conseguirlo. Toda revolución alcanza un punto donde las masas ya no temen la represión y cuando ésta llega puede conseguir extender y escalar el movimiento. Eso podría suceder. Ya hay indicaciones durante las protestas de la última semana de que sectores de la policía simpatizan con los manifestantes. Probablemente las fuerzas de más confianza serán las que utilicen contra la manifestación de hoy.
En un proceso crucial, durante las últimas horas hemos presenciado el principio de la entrada de la clase obrera en el movimiento de masas como una fuerza clara con su propia identidad. El jueves 18 el sindicado de conductores de autobuses de Vahed publicaron una declaración en apoyo del movimiento de masas. Es significativo porque es uno de los sectores más combativos de la clase obrera iraní, que está llevando a cabo una lucha prolongada por el reconcoimiento de su organización sindical, a pesar de la represión por parte de la República Islámica. El Sindicato Vahed correctamente antes de las elecciones declaró que ninguno de los candidatos apoyaba los intereses de la clase obrera en Irán, pero ahora, también reconoce correctamente "la magnífica manifestación de millones de personas de todas las edades, géneros, minorías nacionales y religiosas de Irán", y afirma nítidamente que el "Sindicato de Trabajadores de Autobuses Vahed de Teherán y Alrededores apoya totalmente este movimiento de la población iraní para construir una sociedad civil libre e independiente, y condena la violencia y opresión".
Pero más importante aún es la acción adoptada por los trabajadores de la gigantesca fábrica de automóviles de Khodro. Los trabajadores de esta empresa automovilística, la mayor de Oriente Medio con casi 100.000 trabajadores, 30.000 de ellos en una sola planta, han ido a la huelga el jueves 18 en apoyo del movimiento revolucionario de la población. En una breve declaración que reproducimos totalmente dice lo siguiente:
"Declaramos nuestra solidaridad con el movimiento del pueblo de Irán.
"Trabajador del automóvil, compañeros trabajadores: Lo que hoy presenciamos es un insulto a la inteligencia de las personas, un desprecio por sus votos, el pisoteo de los principios de la Constitución por parte del gobierno. Nuestro deber es unirnos a este movimiento.
"Cuando los trabajadores de Khodro Irán, el jueves 28/3/88 en cada turno de trabajo dejarán de trabajar durante media hora para protestar por la represión de estudiantes, trabajadores, mujeres y la Constitución, y declaran su solidaridad con el movimiento del pueblo de Irán. Los turnos de mañana y tarde de 10 a 10,30 horas. El turno de noche de 3 a 3,30 horas.
"Trabajadores de Khodro Irán". (Iran Khodro Uto Workers Begin Work Slowdown to Protest the Regime)
Estas dos declaraciones y la acción huelguística de los trabajadores de Khodro son extremadamente significativas. Son dos de los sectores más avanzados de la clase obrera iraní, están en la vanguardia del nuevo y emergente movimiento sindical. Están expresando los pensamientos de otros millones de trabajadores que todavía no lo han expresado en declaraciones formales. Como explicaba Alan Woods el jueves:
"La clase obrera tiene un poder que puede paralizar la sociedad y el Estado. Sin su permiso no se enciende una bombilla, no gira una rueda ni suena un teléfono. Nos referimos a la huelga general. La idea de la huelga general se ha planteado pero no se ha llevado a cabo. ¡Esa es la cuestión clave!" (Irán: ¿cómo puede avanzar el movimiento?)
La huelga de los trabajadores de Khodro puede ser el principio de una oleada huelguística. En 1979 fue la huelga de los trabajadores del petróleo lo que finalmente derribó al sha. El deber de los marxistas revolucionarios es apoyar totalmente este movimiento y en particular a sus capas más avanzadas, a la clase obrera organizada.
Irán: la población se enfrenta al Estado. Ahora es necesaria la huelga general
escrito por Jorge Martín
martes, 23 de junio de 2009
El sábado 20 y el domingo 21 de junio, el movimiento de masas en Irán dio otro paso adelante. Después de toda una semana de manifestaciones ilegales, el líder supremo Alí Kamenei ha dejado claro que no permitirán más protestas, que se utilizará toda la fuerza del aparato represivo. Eso no ha parado al movimiento. Durante los dos días, miles salieron a las calles y cuando la policía y otras fuerzas represivas intentaron detener la manifestación, la población luchó, en algunos casos la policía tuvo que retirarse. Nada será igual después de este fin de semana.
El sábado 20 de junio, a las cuatro de la tarde a pesar de la masiva presencia policial tanto en las plazas de Enghelab y Azadi como en las calles adyacentes, la población comenzó a reunirse e intentaron celebrar la manifestación planeada. La policía y la milicia basiji empujaban a los manifestantes en una dirección y en otra. Pero finalmente consiguieron reagruparse en una multitud suficientemente grande para empezar una manifestación. Así es como lo relata un testigo presencial:
"Entonces en la Plaza Towhid las escenas cambiaron radicalmente. Las calles hasta Azadi están bloqueadas. Pero en esta ocasión, la población no cambia de camino sino que lucha. Hay una lluvia de piedras. Gas lacrimógeno, fuego , gente apiñada en las aceras. La escena de la batalla es enorme. No podemos ver los límites pero quizá se extiende hasta la calle cercana (...). La gente grita: ‘Abajo el dictador'. La policía antidisturbios también lanza piedras. La gente ya no retrocede. Cojo un ladrillo roto y lo lanzo. Estoy asombrado. Nunca he luchado así. Tengo que practicar. Fue un mal lanzamiento. Cojo otro del tamaño de una granada y lo llevo conmigo, lo oculto a mi espalda. Mi sentimiento es una mezcla de profesora universitaria y de hooligan".
Por primera vez el movimiento de la población se enfrenta a las fuerzas del régimen abiertamente y lucha cuando se es atacada. Hay vídeos que muestran algunos de los enfrentamientos.
También son apoyados por la gente corriente. Otro testigo dice que: "las personas corrían a las casas, buscaban la protección de los dueños que habían abierto las puertas". Esto es significativo, porque significa que incluso personas que no se atreven a participar en una manifestación que ha sido declarada ilegal, sin embargo, simpatizan con el movimiento y lo apoyan.
El profesor universitario citando antes señala también un punto interesante:
"Esto es un verdadero campo de batalla. Pero en esta ocasión es enorme. En el cielo se ven columnas de humo. Apenas puedo ver el asfalto. Sólo ladrillos y piedras. La gente tiene la ventaja. Tres callejones, el del medio separado por vallas opacas debido a la construcción del metro. Los trabajadores están levantando las vallas y hacen el signo de la victoria. Comienzan a lanzar piedras y maderas a la calles para suministrar armamento. Y me digo: ‘Mira los pobres, de los que siempre habla Ahmadinejad'".
Esto es muy importante porque demuestra, contrariamente a lo que defienden algunos sectarios ultraizquierdistas y cínicos, que el movimiento no es un movimiento de la clase media alto, sino más bien un genuino movimiento de la población, trabajadores, estudiantes, mujeres, etc.,
Al final de ese día, después de cinco horas de feroces enfrentamientos, en los cuales la policía antidisturbios, la milicia basiji, las Fuerzas Especiales Sepah y los oficiales de paisanos y provocadores utilizaron palos, gas lacrimógeno, cañones de agua y munición real, parece que se ha recuperado algo parecido a la calma en Teherán. Según fuentes oficiales, entre 10 y 19 personas han muerto y cientos han sido detenidos. Los disparos y la muerte de una joven manifestante llamada Neda en la calle Kargar fueron grabados en vídeo, añadiendo más rabia y se ha convertido en un grito de guerra para el movimiento.
"Muerte a Kamenei"
El sábado por la noche las consignas contra el régimen desde los tejados se han podido escuchar más altos y radicales que la noche anterior. Yasaman Baji, un periodista que escribe para IPS, informaba que:
"No sólo los gritos parecían ser más altos y más sostenidos la noche del sábado, la consigna ‘muerte al dictador' se escuchaba más destacada que antes. En algunas calles, los gritos se convertían en ‘Muerte a Kamenei'"
Claramente, después del discurso del viernes de Kamenei, el movimiento aumenta y parece no limitarse sólo al fraude electoral y se dirige contra el propio Líder Supremo de la República Islámica. Baji comenta lo siguiente sobre eso:
"Con las palabras del viernes de Kamenei y la reacción popular del sábado, el Movimiento Verde parece que ha entrado en una nueva fase con un número creciente de seguidores que ven a la máxima autoridad de este país como el principal obstáculo en la lucha histórica por el imperio de la ley y el orden justo en Irán".
La profesora universitaria citada antes también habla de una conversación contra otra mujer cuando regresaban de los enfrentamientos: "Ya no es sobre Mousavi o los resultados electorales. Hemos sufrido durante treinta a años. No vivimos una vida". También explica cómo un taxista les dice que "no voté, pero he salido a las calles para golpear a los basijis".
Como hemos explicado en los artículos de la semana pasada, el movimiento que se ha desencadenado inevitablemente está empezando a cuestionar todos los cimientos de la República Islámica, no sólo es la cuestión del fraude electoral. Mousavi ha sido la figura accidental que ha canalizado el movimiento, pero no tiene el control del mismo y su popularidad podría desaparecer muy rápidamente si intenta llegar a un compromiso.
Esto se expresaba claramente en un periódico que se ha distribuido en algunas de las protestas, empezó el jueves, bajo el nombre de Khiaban, "La calle". En un artículo titulado: ‘Nos atenemos a las calles', firmado por Simin Mesgari, él explica:
"Mousavi sabe muy bien lo profunda que es la herida. También sabe que este venaje verde es sólo el primer auxilio de esta herida y no la cura. Mousavi sane que no puede provocar el dolor y curar al mismo tiempo.
Mousavi sabe que ‘esto' en absoluto es por él. Sabe muy bien, y también los sabemos muy bien, que si hubiera habido un candidato ‘mejor' que Mousavi con ‘pasado mal menor' que hubiese elegido el color amarillo para su campaña, la nación habría ido al amarillo y Mousavi habría sido degradado a la posición de Ahmadinejad...
"No se puede saber todo esto y no estar asustado por las consecuencias de lo que se ha desencadenado. Estas protestas pueden escapar del control. La última reivindicación de esta campaña está muy alejada de la presidencia de Mousavi, incluso aunque su color oficial aún sea el verde".
Y refiriéndose al llamamiento de la semana pasada de Mousavi a la población para que rezase a sus muertos en las mezquitas el viernes (en lugar de manifestaciones en las calles), el mismo autor comenta:
"Las calles son peligrosas, no sólo para nosotros sino también para ellos. Por eso intentan sacarnos de la calle invitándonos a asistir a las oraciones del viernes después de que hemos enterrado a cuatro de nuestros hermanos y llorado por nuestras casas destruidas. Irónicamente es Mousavi quien nos invita a asistir. Para hacer un chiste de nuestra protesta, nos invitan a asistir a las mezquitas porque están asustados de las ‘calles', pero saben que ‘nos atenemos a las calles'".
No sabemos nada sobre este periódico ni la tendencia política de sus autores, pero las líneas anteriores claramente dan una visión muy interesante del carácter del movimiento. Resulta interesante que hemos recibido noticias de que La calle publicó una traducción al persa del artículo de Alan Woods: ‘Irán, la revolución ha comenzado'
Los enfrentamientos y manifestaciones del fin de semana no se limitaron a Teherán, sino que se extendieron a muchas otras ciudades y regiones del país, incluidas Tabriz, Shiraz, Isfahan, Sanandak, Rasht, Arak, Sari y Ahvaz.
El domingo, una vez más, hubo miles de personas en las calles, aunque claramente el número había disminuido después de la violenta represión del sábado, pero de nuevo, en algunos casos, la población consiguió reunirse y manifestarse, a pesar de la dura represión.
Es importante comprender que este movimiento es espontáneo, sin dirección, y que tiene lugar en unas condiciones de represión extrema, donde hay censura de las noticias, de los medios de comunicación y donde es extremadamente difícil conseguir información. Aún así, esto no ha detenido el movimiento.
Sin embargo, un movimiento revolucionario no se puede sostener durante mucho tiempo sin organización ni dirección. La población ya ha establecido algunas estructuras informales básicas, que han permitido reunir a cientos de miles de personas a través del boca a boca, correos electrónicos, Internet, redes locales, etc., Esto debería tener una base democrática con la elección de portavoces en asambleas de masas en cada fábrica, centro de trabajo, barrio, Universidad y residencia, que deberían vincularse a nivel local, regional y nacional. Esta sería la única manera de dar al movimiento una dirección democrática y responsable. Algunas cosas de éstas tendrán que hacerse de una manera extremadamente cuidadosa y en esta etapa los comités necesariamente serán clandestinos, pero cuanto más pronto se establezca una dirección nacional del movimiento, elegida entre la base, mucho mejor.
Divisiones en el régimen
Mientras tanto, hay claramente fuertes divisiones en la cúpula del régimen. Cuatro familiares de Rafsanjani fueron detenidos durante un período de tiempo el sábado y más tarde liberados, además de muchos responsables medios de la campaña de Mousavi. El arresto de los familiares de Rafsanjani no fue porque estuvieran participando en el movimiento, sino más bien porque estaban implicados en el intento de conseguir una declaración de los clérigos de Qom para que se manifestaran contra Ahmadinejad y Kamenei. La agencia de noticias con base en Dubai, Al-Arabiya, informaba de lo siguiente:
"Los clérigos religiosos de Irán en Qom y los miembros de la Asamblea de Expertos, encabezados por el ayatolá Rafsanjani, están meditando la formación de una dirección colectiva alternativa para sustituir al líder supremo, es lo que dijeron a Al Arabiya fuentes anónimas en Qoom. (...) Las discusiones han tenido lugar en una serie de reuniones secretas convocadas en la ciudad sagrada de Qom e incluían a Jawad al-Shahristani, el representante supremo del ayatolá Alí Al-Sistani, que es el principal líder chií en Iraq". (Iranian clerics seek supreme leader alternative. Al Arabiya).
Los rumores dicen que el ayatolá Rafsanjani tiene una carta firmada por cuarenta miembros de los 86 que forman la poderosa Asamblea de Expertos en la que piden la anulación de los resultados de las recientes elecciones presidenciales.
Claramente, el sector del régimen que rodea a Rafsanjani, Katami y el propio Mousavi, están preocupados por la extensión del movimiento de masas y su cada vez mayor radicalización, están buscando una solución desde arriba al ver cómo todo el edificio de la República Islámica está amenazado por un movimiento revolucionario de masas por abajo.
En una declaración el sábado, Katami avisó de que si no se alcanza un acuerdo negociado desde arriba "Dios sabe lo que sucederá":
"La confianza de la opinión pública está dañada y cerrar las puertas de la protesta cívica ante ellos es abrir caminos peligrosos, que sólo Dios sabe dónde llevarán. Deben ser protegidos los derechos de la población y mientras se toman medidas para evitar el caos y la inestabilidad (que está lejos de las intenciones de la población), las tácticas caras y dañinas como el enfrentamiento militar y la violencia deben ser dejadas a un lado. Todo lo que necesitamos es movilizar para recomponer la confianza de la opinión pública que es la base de principio del gobierno y el Estado".
El propio Mousavi es muy consciente (y asustado) de esto. En su declaración del sábado dijo que:
"Si el elevado volumen de robo y manipulación del voto, que ha incendiado los cimientos de la confianza de la opinión pública es por sí mismo introducido como la prueba y evidencia de la falta de fraude, el republicanismo del régimen se morirá y quedaría prácticamente probada la incompatibilidad del Islam con el republicanismo".
Básicamente está avisando de que si no hay reforma, toda la base del régimen se socavará, eso es lo que más teme. Y para subrayar este punto concluye:
"No estamos apoyados sobre nuestro sagrado régimen y sus estructuras legales; esta estructura garantiza nuestra independencia, libertad y república islámica. Estamos apoyamos sobre las desviaciones y engaños, queremos reformarla; una reforma que nos devuelva a los principios puros de la revolución islámica".
El problema es que a través de su experiencia en el movimiento de masas durante la última semana, las masas aprenden muy rápidamente. Primero reconocieron su propia fuerza en las manifestaciones de masas. Ahora han tenido que oponerse al Líder Supremo y enfrentarse a la policía antidisturbios. Para muchos ya no es una cuestión de reformas, sino de revolución.
Por otro lado, el ala del régimen Kamenei-Ahmadinejad está decidida a aplastar el movimiento. En una declaración publicada hoy en la web de los Guardias Revolucionarios dicen:
"Estad preparados para una resolución y enfrentamiento revolucionario con los Guardias, los Basiji (milicia pro-gobierno) y otras fuerzas de seguridad y disciplinarias. [...] Los Guardias se enfrentarán firmemente de una manera revolucionaria contra los agitadores y aquellos que violen la ley".
Ninguna de estas dos alas puede resolver en última instancia la situación. Sin embargo, estas luchas internas están proporcionando a las masas tiempo para ser más audaces y radicales.
En lo que representa una admisión extraordinaria, el domingo 21 de junio, el Consejo de Guardianes admitió que había habido fraude electoral. Uno de los candidatos presidenciales, el "conservador" Mohsen Rezaei, admitió que había robado entre 3 y 7 millones de votos, dice que en 80 de 170 ciudades votaron más del 100 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto (¡¡). En nombre del Consejo de Guardianes, Abbas-Ali Kadkhodaei habló para la Emisora de la República Islámica de Irán (IRIB) Channel 2, dijo que las "estadísticas proporcionadas por los candidatos que apuntan a que en 80 de 170 ciudades votó más del 100 por cien del censo electoral, no son ciertas, ¡el incidente sólo ha sucedido en 50 ciudades!" Después pasó a explicar que la participación superior al 100 por cien era "normal porque no hay límite legal a las personas que pueden votar en las elecciones presidenciales en otra ciudad o provincia a la que con frecuencia se viaja a diaria". Este es el caso de "votar temprano y votar a menudo". Kadkhodaei añadió que en cualquier caso los resultados finales de la votación no se alterarían porque ¡sólo afectaba a unos 3 millones de votos!
Cómo alguien puede admitir este tipo de cosas sin inmutarse es asombroso. Llega después del discurso del viernes de Kamenei en el que afirmaba que no existía ni la más remota posibilidad de fraude en la República Islámica, esta admisión pública del fraude minará más la legitimidad del régimen y de las elecciones en general ante los ojos de las masas.
¿Una "revolución de color"?
Algunos han planteado la idea de que esta es otra "revolución de color", es decir, que el movimiento está en cierto sentido manipulado por las potencias imperialistas occidentales, como la "revolución" naranja en Ucrania, la "revolución" rosa en Georgia, etc., Está claro que ni EEUU ni Gran Bretaña tienen derecho a interferir en los asuntos internos de Irán, y su propio registro de apoyar dictaduras militares reaccionarias en todo el mundo no les da derecho moral a criticar al régimen iraní. En Irán existe una larga y sangrienta historia de intervención imperialista, particularmente el derrocamiento de Mossadeq en 1953.
Sin embargo, lo que ahora vemos en Irán es un verdadero movimiento revolucionario de masas, que estalló por la campaña electoral y el fraude, pero que refleja un malestar mucho más profundo por parte de las masas iraníes. La violenta opresión de las mujeres y la juventud, el empeoramiento de las condiciones de los trabajadores, que son privados brutalmente de sus derechos sindicales más básicos, el empobrecimiento general de la población en un momento en que los precios del petróleo estaban altos, la hipocresía de los clérigos, etc., Todos estos factores han provocado el surgimiento de un extraordinario movimiento de masas, no es obra de un puñado de agentes extranjeros, como pretende el régimen.
Además, mientras estamos implacablemente en contra de la intervención imperialista y el acoso a Irán, esto no significa de ninguna manera que defendamos a Ahmadinejad o al régimen islámico. Durante su presidencia, la brutalidad del régimen contra los trabajadores, mujeres, jóvenes y la población en general, la supresión de los derechos democráticos y económicos más básicos, han continuado inalterables (bajo la máscara de retórica "antiimperialista"). Al mismo tiempo, no tenemos ninguna confianza en Mousavi, alguien que también procede del corazón del mismo régimen, que fue responsable durante su período como primer ministro del asesinato de 30.000 activistas sindicales y de izquierdas. Sólo ha descubierto ahora la "reforma" porque teme que todo el régimen pueda desaparecer. Pero puede que sea demasiado tarde para él.
La República Islámica de Irán no tiene un átomo de contenido progresista. El régimen se consolidó en 1979-1982 aplastando la revolución obrera que había derrocado al Sha. La política desastrosa del Partido Comunista y de otras organizaciones izquierda preparó el camino para esa derrota (ver La revolución iraní de Ted Grant, 1979). Los consejos obreros (shoras) fueron destruidos y decenas de miles de activistas de izquierdas, sindicales y juveniles fueron asesinados por el régimen de los mulás para consolidar así su poder. Para ello, los mulás recurrieron al antiimperialismo verbal como una manera de conseguir apoyo de masas, pero eso no debe engañar a nadie ante el carácter real de esta dictadura reaccionaria. Estamos firmemente al lado de los trabajadores, los jóvenes, las mujeres y los pobres de Irán, estamos en contra de todos los sectores del régimen y del imperialismo.
¿Cuál es la salida?
Una vez más, Mousavi, después de no haber dado una dirección clara sobre si manifestarse o no (hubo rumores de que se escucharía un mensaje importante el sábado, pero a la gente le dio igual), emitió un mensaje enérgico. Incluso dijo que en caso de que fuera detenido, la población debería participar en una huelga nacional. Sin embargo, estas palabras puede que suenen muy radicales, sólo sigue al movimiento, no lo dirige. Su mención a la huelga general sólo es un reflejo de las muchas discusiones que se producen en el movimiento de masas. Por ejemplo, el martes hay una convocatoria sin confirmar de huelga general convocada por una organización estudiantil:
"Todos los trabajadores, los trabajadores del gobierno y no gobierno, excepto los trabajadores de hospitales, centros de salud y bomberos, se les pide que no asistan a sus puestos de trabajo el martes, el segundo del mes de Tir".
Ya hemos dicho antes que sólo la entrada de la clase obrera en el movimiento de una manera organizada puede garantizar su victoria. Por lo que sabemos, los trabajadores del automóvil de Khodro y los conductores de la empresa de autobuses Vahen han apoyado abiertamente el movimiento, y puede que haya otros. Es un paso adelante muy significativo, pero aún no se ha traducido en una acción decisiva. Sin embargo, esto puede cambiar muy rápidamente. Cualquier "accidente" (un incidente de represión particularmente brutal, una declaración provocadora de Kamenei...) puede rápidamente desencadenar una oleada de huelgas.
No está claro que sucederá esta semana. Si no se muestra a las masas una salida clara, es posible que la represión brutal pueda paralizar temporalmente el movimiento. Incluso si eso ocurre, las lecciones de los acontecimientos de la semana pasada no se perderán. La conciencia de millones de trabajadores, mujeres, jóvenes y gente corriente de Irán se ha transformado de manera fundamental. No sólo han podido ver al régimen como su principal enemigo, también han tenido una visión de su propio poder y han visto que es posible derrotar al régimen. La revolución iraní de 1979 no tuvo lugar en un solo acto, se desarrolló a lo largo de muchos meses hasta el derrocamiento final del odiado Sha. Pero una calma temporal del movimiento no es el único resultado posible. Si comienza esta semana a desarrollarse un movimiento huelguístico, entonces el movimiento tendría un nuevo período de vida.
Todos los activistas iraníes deben concentrarse en esto. Los estudiantes deben intentar por todos los medios contactar con los activistas obreras que durante los últimos años han protagonizado luchas en el crecimiento movimiento obrero iraní. Los activistas obreros en las fábricas deben probar el ambiente. Organizar discusiones y donde sea posible realizar asambleas para discutir el movimiento actual, el papel de la clase obrera, la organización de huelgas y paros laborales. El ambiente en el país en general es de intensa discusión política. Las fábricas y centros de trabajo no son inmunes a eso. Los activistas obreros aún deben ser cautos, mantener sus organizaciones y redes ocultas de las autoridades. Sin embargo, una vez que un sector importante de la clase obrera salga, la presa se romperá. Deben crearse consejos obreros (shoras), basados en asambleas de masas y portavoces elegidos democráticamente.
Lo que estamos presenciando en Irán es el comienzo de una revolución, con todas sus contradicciones, donde las masas llevan todos sus prejuicios y confusión del período previo, pero al mismo tiempo, rápidamente se deshacen de eso y lo sustituyen por las ideas y conciencia más avanzadas. Una revolución necesariamente tiene alzas y bajas. Las masas no pueden estar 24 horas en las calles cada día, siete días a la semana. Lo que está claro es que ha comenzado el movimiento revolucionario de masas. Los enfrentamientos del pasado fin de semana representan otro punto de inflexión. El deber de los activistas revolucionarios de todo el mundo es ofrecer su ayuda y apoyo al movimiento de masas en Irán, mientras al mismo tiempo estudian con detalle el movimiento actual y la historia revolucionaria del país. ¡Todos encontraremos una enorme inspiración en el valeroso movimiento de un pueblo que ha dicho basta ya!
¡Por la libertad de expresión, organización y prensa!
¡Por la libertad sindical y el derecho a huelga!
¡Por un aumento general de los salarios!
¡Preparar la huelga general!
¡Abajo el dictador, abajo Kamenei!
¡Abajo el régimen, por una Asamblea Constituyente revolucionaria!