PRI boterera itzultzeak benetako tragedia eragin dio langile klaseari. Peña Nietoren gobernua enpresari handien interesen zerbitzura dago, hauek bertakoak edo nazioartekoak izan, mexikar gehienen pobretzearen kontura. Hauteskunde iruzurrak pasa eta hamalau hilabetetara Peña Nietoren aurkako erantzun soziala handitzen ari da.
Movilizaciones masivas contra la reforma educativa y energética
El 19 de agosto, tras el inicio de las clases en la educación básica, estalló un paro del profesorado en Oaxaca, Michoacán y Tabasco (mismo que en pocos días se extendió a Quintana Roo y Chiapas) y además aproximadamente 40.000 docentes entraron a la ciudad de México DF provenientes de diferentes puntos del país para iniciar las acciones contra la aprobación de las leyes secundarias derivadas de la imposición, a finales del 2012, de la reaccionaria Reforma Educativa.
El mismo día 19 los profesores acamparon en el la plaza del Zócalo de la capital mexicana y por la noche cercaron el Palacio de San Lázaro, sede de los diputados federales, que tuvieron que trasladarse a otra sede. El jueves 22 se cercó el Senado y para el viernes 23 los profesores volvieron a cercar el nuevo edificio al que tuvieron que trasladarse los diputados así como el aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Ante el temor de que el viernes 23 la situación escalara a un plano verdaderamente peligroso para el gobierno, los parlamentarios se vieron semiparalizados al no poder aprobar la Ley del Servicio Profesional Docente, una de las tres medidas en tramitación.
La situación era de extrema polarización y muy delicada para el gobierno. Si cedía, corría el peligro de sentar un precedente muy claro de que la lucha sirve abriendo las compuertas de la movilización en otros sectores, como se lo señaló enfáticamente el representante del Consejo Coordinador Empresarial. Por esa razón, y con el fin de tratar de desmoralizar a los profesores, el gobierno de Peña Nieto optó, en las sesiones de los días 1 y 3 de septiembre, por aprobar la ley educativa pendiente.
Sin embargo, el resultado de esta provocación ha sido el traslado de más decentes a la capital del país, la convocatoria de una jornada de lucha el 4 de septiembre en 25 estados y el anuncio de la participación de los profesores en la movilización convocada para el domingo 8 de septiembre en contra la privatización del petróleo.
Contra la privatización de Pemex
La manifestación del 8 de septiembre fue impulsada fundamentalmente por el Morena, movimiento de la izquierda encabezado por Andrés Manuel López Obrador. La reforma energética de Peña Nieto, presentada el 13 de agosto, modificaría los artículos 27 y 28 de la constitución abriendo de par en par las puertas al gran capital en la exploración, explotación, manejo de reservas, transformación industrial (refinación y petroquímica), almacenamiento y transporte del petróleo y de esa forma desplazar a Pemex de la cadena productiva de los hidrocarburos. Además, sería desmembrada la CFE (organismo encargado de generar, transmitir, distribuir y comercializar energía eléctrica) al quedar el sector privado en libertad total para la generación de electricidad. La nacionalización del petróleo fue una de las conquistas más importantes de la Revolución Mexicana y su privatización supondrá un atraco a las arcas públicas por un valor entre 30.000 y 40.000 millones de dólares anuales. El 8 de septiembre López Obrador anunció una nueva marcha nacional para el día 22 del mismo mes.
Otro síntoma de los cambios en la conciencia y del estado de ánimo de la masas es la extensión, en los últimos año, de las Policías Comunitarias, una forma de autoorganización de los campesinos para defenderse de las terribles vejaciones que el narcotráfico, los caciques, la policía y el ejército han cometido contra sus hijas, su patrimonio, sus empleos y sus comunidades. Estos grupos de autodefensa se han implantado en Estados como Sonora, Jalisco, Chiapas, Estado de México, Morelos, Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua, Tabasco, San Luis Potosí, Puebla, Michoacán y Guerrero. Las Policías Comunitarias más organizadas ya han dado su apoyo a la lucha contra la privatización de PEMEX.
La tensión social sube de tono en México y los acontecimientos relatados poseen en sí mismos el germen de prometedores acontecimientos que podrán marcar un nuevo punto de inflexión de la lucha de la clase trabajadora contra el gran capital en defensa de sus intereses.