¡A la movilización y la huelga general para derrotar la represión!

¡Abajo el gobierno del PP! ¡Por la república catalana socialista!

La decisión de decretar prisión sin fianza contra los dirigentes de ANC y Ómniun, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, representa un salto cualitativo en la brutal escalada represiva desatada por el gobierno del PP contra el pueblo de Catalunya. Esta medida, propia de regímenes dictatoriales o semidictatoriales, representa un ataque sin precedentes a nuestros derechos democráticos fundamentales, a la libertad de expresión, manifestación y reunión para el conjunto de la población de Catalunya y del Estado español.

Los compañeros Sánchez y Cuixart han sido acusados, ni más ni menos que de “sedición” y se les ha encarcelado, sin derecho a fianza, por su participación en una movilización espontánea de masas el pasado 20 de septiembre, en la que se protestaba por la represión policial y las detenciones dictadas desde el gobierno del PP para impedir la celebración del referéndum del 1 de octubre. Aplicando de esta manera la ley, mañana se puede encarcelar por el mismo “delito” a cualquier dirigente vecinal, sindical o estudiantil que participe en movimientos sociales como el 15M, la lucha contra los desahucios o en las mareas en defensa de la educación y la sanidad públicas.

La burguesía española y su Estado, heredado directamente del franquismo, están desvelando su carácter absolutamente antidemocrático. ¿Qué será lo próximo? ¿Ilegalizar a los partidos y organizaciones de izquierda que nos movilizamos contra la represión del Estado y defendemos el derecho democrático del pueblo catalán a decidir su futuro? ¿Perseguir y encarcelar a quienes no comulgamos con el régimen del 78 y la monarquía? ¿Criminalizar a cualquiera que salga a protestar contra este gobierno de corruptos?

Las instituciones del régimen del 78, el PP, Ciudadanos, el PSOE y los medios de comunicación capitalistas, dicen abogar por la “democracia” y el “Estado de derecho”. Y lo demuestran de una manera muy llamativa: alentando la represión salvaje de la policía y la Guardia Civil contra la población que intenta ejercer su derecho a voto pacíficamente, aplaudiendo a los capitalistas catalanes que están chantajeando al pueblo con el caos y la ruina económica, y mirando hacia otro lado cuando las bandas fascistas agraden impunemente a la gente. Este frente de la reacción, que bombea a todas horas el chovinismo españolista más histérico, quiere trasladar un mensaje muy claro: hay que poner de rodillas al pueblo de Catalunya que ha osado exigir su derecho a decidir y se ha pronunciado por la república

La burguesía española ha comprobado la enorme fuerza y decisión mostradas por el pueblo catalán el 1 y 3 de octubre, y temen que su ejemplo revolucionario se contagie. Quieren dar un escarmiento a los millones de personas que hemos salido a las calles durante las últimas semanas en Catalunya y también a los millones que han vibrado en todo el mundo con el ejemplo de dignidad, organización y resistencia que está dando el pueblo catalán.

La burguesía catalana se ha sumado de manera decidida a esta ofensiva por impedir la proclamación de la república catalana con su fuga de empresas y su campaña del miedo. Saben que la proclamación de la república catalana, venciendo las leyes injustas y represivas del Estado español y como resultado de la acción directa de las masas, representaría tal demostración de fuerza y supondría tal inyección de confianza que abriría paso a la lucha contra todas las demás leyes reaccionarias e injustas que han promovido durante años, contra los recortes y los desahucios, por salarios dignos y, en última instancia, por una transformación socialista de la sociedad.

¡Organizar la huelga general; ampliar, extender y unificar los CDR, y construir un Frente de la Izquierda por la república catalana y contra la represión!

Decenas de miles de personas se han movilizado inmediatamente: la cacerolada de la noche del 16 de octubre ha sido estruendosa, y se han celebrado concentraciones de urgencia ante decenas de ayuntamientos a lo largo y ancho de toda Catalunya exigiendo libertad para Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Ese es el camino para derrotar la represión: defender los derechos democráticos y que la voluntad popular expresada en el referéndum del 1 de octubre se haga efectiva, recuperando la movilización en las calles como hicimos el 1 y el 3 de octubre pero a un nivel incluso superior. Hay que salir inmediatamente y de forma masiva y contundente a las calles y parar de nuevo toda Catalunya.

Desde Izquierda Revolucionaria llamamos a la CUP, a Catalunya en Comú, Podem, ERC, a ANC y Omnium, a los sindicatos de clase, a la comunidad educativa y sus organizaciones, a convocar de manera inmediata una huelga general contundente y continuada hasta derrotar la represión del Estado y conquistar la república catalana. Es absolutamente imprescindible dirigirse a la clase obrera catalana, volcarse hacia las fábricas y empresas más importantes. La clase trabajadora debe ser protagonista fundamental en el combate contra la represión y por la república catalana, y para ello es necesario ligar esta causa a la lucha contra los recortes y la austeridad, por el empleo y salarios dignos, contra la precariedad y los desahucios, por la sanidad y la educación públicas de calidad. Este es un aspecto estratégico. La enorme fuerza de la clase obrera catalana es un factor decisivo para enfrentar la ofensiva del Estado y del gobierno, y para conquistar nuestras reivindicaciones. Sin su participación activa y consciente será imposible lograrlo.

Es necesario también poner todo el empeño en ampliar, extender y coordinar los Comités de Defensa del Referéndum (CDR), y crearlos en todos los barrios, centros de estudio y de trabajo, para convertirlos en los organismos democráticos y representativos de todo el pueblo en lucha.

La movilización de masas es esencial para derrotar los planes represivos. Pero al mismo tiempo es necesario sacar  todas las conclusiones políticas de lo ocurrido después del referéndum y la huelga general del 3-O. La inmensa fuerza que tenemos debe mantenerse organizada y movilizada. No se puede dejar ni la lucha contra la represión del Estado ni la tarea de proclamar y hacer realidad la república catalana en manos del PDeCAT y Puigdemont. Estos dirigentes pertenecen a la burguesía catalana y representan los intereses de sectores decisivos de ésta. Empujados por la impresionante movilización de las masas desde abajo tuvieron que ir más lejos de lo que querían y convocar el referéndum. Pero cuando la burguesía catalana ha visto que el movimiento de masas derrotaba la represión y abría una crisis revolucionaria ha comenzado un chantaje intolerable para amedrentar al movimiento. Los capitalistas catalanes han prestado un gran servicio al Estado central y a la burguesía española, repitiendo el mismo comportamiento que siempre observaron en el pasado.

Aunque la negativa del PP y sus aliados a negociar otra cosa que no sean las condiciones de la rendición pudiese empujar a Puigdemont a retomar el camino de enfrentarse al gobierno central, sería un grave error dejar nuevamente la iniciativa en sus manos y supeditarse al PDeCAT y la burguesía catalana. Sólo el pueblo salva al pueblo. Sólo la organización y movilización desde abajo, como hicimos en el 1-O y 3-O, puede derrotar al PP y sus aliados y hacer efectivo el derecho a decidir.

Después de la cesión de Puigdemont cobra relevancia lo que los marxistas revolucionarios siempre habíamos señalado a los compañeros de la CUP. Que la burguesía catalana y sus representantes políticos del PDeCAT traicionarían la causa de Catalunya, la libertad del pueblo y la república catalana. Y lo han hecho porque por encima de la demagogia a la que han recurrido en estos años, Puigdemont y los suyos defienden los intereses de la oligarquía catalana.

Es fundamental que los compañeros de la CUP rompan de una vez por todas con el PDeCAT y la burguesía catalana. Atarse al carro de los ex convergentes sólo puede añadir más frustración y preparar nuevas derrotas.

Es el momento de dar un giro de 180 grados en la política de la izquierda catalana, romper con la política de conciliación y “diálogo” con la reacción y de subordinación al PDeCAT. Es el momento de levantar un gran Frente de Izquierdas en Catalunya con un programa de clase, revolucionario y anticapitalista para luchar por la república catalana y la transformación socialista de la sociedad.

La responsabilidad de la izquierda en el Estado español

Ante la vuelta de tuerca en la represión contra los derechos democráticos que supone el encarcelamiento de los dirigentes de ANC y Omnium y la aplicación del artículo 155, los dirigentes de Unidos Podemos y de los sindicatos tienen una enorme responsabilidad.

¿Hasta cuándo dirigentes como Alberto Garzón piensan seguir planteando que la solución es sentarse a hablar con el Estado y el gobierno de Rajoy, cuando éstos y sus aliados han demostrado que no están dispuestos a discutir sobre nada? ¿Hasta cuándo los dirigentes de CCOO y UGT piensan mantener una posición pasiva o equidistante entre las masas que luchan porque su voluntad democrática sea respetada, y este gobierno de corruptos que contesta con porras, martillazos, pelotas de goma o la cárcel al intento de ejercer derechos democráticos básicos como la libertad de expresión, reunión o manifestación?

Los dirigentes de Unidos Podemos y de CCOO, UGT y CGT en el Estado deben denunciar claramente qué significa la represión del PP y la aplicación de medidas como el encarcelamiento por sedición o la aplicación del 155 para la clase obrera. Deben abandonar su posición pasiva y organizar la movilización de masas en todo el Estado, incluyendo la huelga general, por la liberación inmediata de Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, contra la activación del artículo 155 y por el respeto del derecho a decidir del pueblo de Catalunya. Y si se niegan a hacerlo, la tarea de todos los militantes de base, de todos los activistas, de las organizaciones de la izquierda que lucha y de los movimientos sociales, es impulsar la lucha y desbordar a las direcciones que se conviertan en un obstáculo para derrotar la ofensiva represiva.

Vivimos acontecimientos decisivos. La burguesía española, el PP, C's y la dirección del PSOE están dispuestos a eliminar derechos democráticos fundamentales y aplicar medidas propias de la dictadura franquista con tal de impedir que el movimiento revolucionario de las masas en Catalunya pueda vencer y contagiar a otros pueblos y al conjunto de la clase obrera del Estado español. Todos los que luchamos por un cambio político y económico real debemos organizarnos para responder a esta brutal ofensiva vinculando la lucha por la liberación nacional de Catalunya a la transformación socialista de la sociedad.

¡Visca Catalunya Lliure, republicana y socialista!

¡Únete a Izquierda Revolucionaria!

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