Abuztuaren 25an ikaragarrizko leherketa egon zen Paraguanako Findegi Zentroan. Gutxienez 43 hil ziren, 132 zauritu eta 8 desagertu. Gertatu dena ikusita, are beharrezkoagoa da PDVSAn eta industria sektore osoan langile kontrola ezartzea!
En la madrugada del sábado 25 de Agosto ocurrió una explosión de importante magnitud en el bloque 23 en la zona de almacenaje del Centro de Refinación de Paraguaná (CRP), en Amuay, municipio Los Taques del estado Falcón. De acuerdo a cifras oficiales, hay al menos 43 fallecidos, unos 132 heridos (aunque hay cifras que indican que serían más de 150) y 8 desaparecidos, muchos de ellos efectivos y familiares en las viviendas correspondientes al Destacamento 44 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ubicado en la refinería. Los destrozos en las zonas comerciales y residenciales adyacentes a la refinería han sido de consideración, con un total de casi 1.700 viviendas afectadas. El incendio fue finalmente controlado el martes 28 y al menos hasta el jueves 30 siguieron las labores bomberiles de enfriamiento de los 3 tanques de olefinas (tanques 200, 203 y 204) que se habían incendiado. El CRP ha reiniciado el viernes 31 sus actividades de refinación en al menos una de sus unidades.
Los hechos: Versión preliminar
De acuerdo a versiones preliminares, el accidente se produjo por una fuga en una válvula o bomba en una de las esferas (esfera 209, según reporta la prensa) contentivas de olefinas (alquenos, incluido etileno). Según declaraciones de Rafael Ramírez “Por condiciones climáticas el gas no fue dispersado y se formó una nube, como una neblina, que luego hizo ignición (...). Nuestros operadores intentaron entrar, pero no se podía respirar en la fuente del escape, cuando estaban en el proceso de regresar con equipos especiales se produjo la explosión”. Aparentemente la fuga fue detectada por personal de PDVSA hacia las 12:10am y se iniciaron los procedimientos de contención. La primera explosión, la de mayor magnitud, se produjo a la 1:17 am. Se desconoce si pudieron ejecutar el plan de emergencia o fue incompleto, que consiste en bloquear la fuga de gas en el sitio donde se produce, con una acción personal, y que la GNB evacúe los alrededores e interrumpa el tránsito en las cercanías. Para las 11:00 am del mismo sábado se produjo una segunda explosión y el lunes 27, a pesar de que poco antes el gerente del CRP, Jesús Luongo, y el mismo Rafael Ramírez habían declarado la situación bajo completo control, se incendió un tercer tanque de almacenamiento.
De acuerdo a uno de los reportes del diario Ultimas Noticias, en “la hipótesis presentada por Ramírez, para la ocurrencia de la explosión resultó fundamental el comportamiento del clima y la dirección del viento” mientras que un experto petrolero, que prefirió el anonimato, señalaba que “si la brisa hubiera soplado como lo hace regularmente todo se hubiera ido hacia el mar, porque del lado de la refinería los puntos de calor están controlados por las propias características de la instalaciones. Pero ese día no había viento”. Sin embargo, para Nelson Hernández, ingeniero especializado en gas, las condiciones climáticas no pueden ser excusa para lo sucedido: “En toda refinería se tienen mangas para visualizar la dirección del viento, de tal manera de practicar los protocolos asociados a cada dirección. Lógicamente, si hay viento, este disipara la fuga de gases, pero es que antes deben funcionar los dispositivos electrónicos ('narices electrónicas') para detectar fugas.”
El artículo informa que en el centro de control de la refinería “el operador se percató que algo marchaba mal cerca de la esfera 209, envió al especialista Reneduard Jiménez y a su asistente José Bravo (...) a revisar en el sitio. La versión oficial indica que Jiménez y Bravo reconocieron la fuga de inmediato y se regresaron a colocarse el traje para trabajar en esas condiciones.” De acuerdo a Rafael Ramírez, citado de una entrevista a la BBC el pasado jueves 30, “la fuga de gas fue detectada de dos formas, a través de los equipos electrónicos y la inspección presencial a las 12 m (sic)”. Reneduard Jiménez es, hasta los momentos, el único trabajador de PDVSA fallecido, mientras que José Bravo se encuentra herido de quemaduras y fracturas.
Campaña de la Contrarrevolución: Cinismo, mentiras y lágrimas de cocodrilo
La contrarrevolución ha aprovechado los acontecimientos de Amuay, la gran cantidad de destrozos y víctimas que ha producido y el impacto que esto ha tenido en la población venezolana para reforzar su campaña contra la Revolución Bolivariana. Su primer objeitvo ha sido tratar de convencer a su base social, pero en general a quienes quieran escuchar sus argumentos, que todo se debe a la limpieza de personal que se realizó en la industria petrolera luego del paro-sabotaje 2002/2003 y que la falta de “personal calificado” habría llevado a descuidos y desidia de todo tipo dentro de la industria. Incluso por Twitter se empezó a rodar la información, falsa por demás, de un supuesto gerente de una empresa que habría sido la responsable de extinguir el fuego en Amuay era uno de los ex-PDVSA. La empresa en cuestión, Fire School de Venezuela, resulta ser un centro de entrenamiento privado de bomberos que, como indican en su web (www.fireschool.com.ve), presta “servicios de Formación y Asesoría para las áreas de Seguridad, Salud y Ambiente” y cuenta con “personal operativo líder en los Procesos de Adiestramiento y Asesoría en Higiene, Ambiente y Seguridad.” Esto no sólo es una vulgar mentira sino además una falta de respeto a los más de 220 bomberos y bomberas que sí trabajaron arduamente en la extinción del incendio y atender a las víctimas de la explosión.
En un derroche de cinismo, la denominada “Gente del Petróleo” quienes planificaron , promovieron y ejecutaron el paro-sabotaje a la industria petrolera en Diciembre 2002 a Febrero 2003, se han pronunciado respecto a Amuay. De acuerdo a lo señalado por distintos medios, Eddie Ramírez, coordinador de Gente del Petróleo y quien fuera subgerente del CRP, “exigió que se conforme una comisión para investigar los hechos registrados en Paraguaná, donde se incorpore a técnicos expertos, agregó que se debe incluir a los especialistas del del Colegio de Ingenieros, de las universidades y a los de PDVSA” e incluso señaló que “se ha perdido la cultura de seguridad en la industria y en todo el país”. José Toro Hardy, directivo de PDVSA entre 1996 y 1999 y otro de los “expertos petroleros” que los medios de derecha citaron a rabiar, declaró que “Mucho me temo que las consecuencias de la falta de previsión acumulada en los años de este gobierno, generen accidente como este más frecuentes”. Además de haber estado entre los principales instigadores y organizadores dal paro-sabotaje petrolero en 2002, vale recordar que en 1976, cuando se desempeñaba como asesor contratado del Ministerio de Hacienda, Toro Hardy recibió 600 mil dólares para beneficiar a la multinacional Occidental Petroleum Corporation mediante la autorización de contratos de servicios en el Sur del Lago de Maracaibo. El caso fue llevado a juicio, pero Toro Hardy escapó del país y regresó ocho años después cuando el delito había prescrito.
Desde los sectores de derecha que aún quedan dentro de la misma PDVSA también hubo pronunciamientos. Ivan Freites, Secretario Ejecutivo de Profesionales y Técnicos de la Federación Unitaria de Trabajadores del Petróleo, del Gas, sus Similares y Derivados de Venezuela (FUTPV) declaró a la agencia noticiosa EFE, Freites señaló que “Aquí la inversión en industria no existe, nosotros venimos denunciando eso desde hace tres años”.
UN también citó a Diego González, un ingeniero y ex alto ejecutivo de PDVSA, declarando que “Los instrumentos que causaron la tragedia: Mal mantenimiento e instrumentación no adecuada serían las principales causas de la tragedia de Amuay”. Hay que señalar que González fue citado por este mismo medio en la mañana del 25 de Agosto en un artículo titulado “En claves: Consecuencias de la explosión en Amuay - Capacidad de refinación de Venezuela queda casi en cero” haciendo referencia a un email que éste habría escrito dando su opinión “experta” sobre lo ocurrido. El artículo, escrito por Carlos Camacho, comienza justamente diciendo que “Tras la tragedia en Amuay, la capacidad de refinación de Venezuela queda casi en cero, según fuentes de la industria y analistas consultados” Luego de ello empieza a citar las opiniones emitidas por González: “La capacidad de refinación venezolana está comprometida. En toda la refinería hay que suspender las operaciones. (...) Se perdió capacidad de almacenamiento, lo que explotó fue un tanque, y eso en una refinería es clave” y también que “Almacenamiento y mezcla de productos están comprometidos, al no tener esos tanques, es poco lo que las unidades de proceso puede hacer”. La intención de estas opiniones es clara: generar pánico y zozobra. Todo esto, justamente, de parte de quienes sabotearon las instalaciones de la petrolera, causando perdidas mil millonarias al país, vienen ahora a hablarnos de seguridad industrial y de pérdida de “la cultura de seguridad”.
Al igual que estas declaraciones de Diego González, apenas ocurrida la tragedia, por distintos medios tipo Twitter empezó a generarse una campaña de miedo, anunciando una supuesta inminente escasez de gasolina en todo el país, intentanto con ello que se repitieran las largas colas en las estaciones de gasolina y extendiendo el impacto psicológico en la población. Incluso llegaron a afirmar que la espuma usada por los cuerpos bomberiles para apagar el incendio en la refinería es tóxica y que ello era la causa de un alza anormal de los casos de rinitis alérgica en Paraguaná. Tanto ha sido que la ministra de salud, Eugenia Sader, tuvo que salir a dar respuesta, desmintiendo dicha información y señaló que la espuma fluoroprotéica usada “es biodegradable, tiene los permisos necesarios a escala nacional e internacional y no genera reacciones extrañas en el ser humano”.
Teodoro Petkoff insistió este domingo en señalar que “en este caso estamos en presencia de un accidente que no es casual, que tiene responsables, que se produjo por negligencia, por desidia, por falta de preocupación por el cumplimiento de los procedimientos de protocolo que ordena el mantenimiento a instalaciones tan delicadas como una refinería”. Diego Bautista Urbaneja, coordinador de Análisis Político de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), sentenció en una entrevista realizada por Roberto Giusti para el diario El Universal que “Chávez es responsable por Amuay”. Como estos sigue una larga lista de declaraciones y opninones emitidas desde la derecha que apuntan a señalar a Chávez como responsable directo de lo sucedido en Amuay y así aprovechar al máximo lo sucedido para sus fines electorales. Incluso Leopoldo López escribió en su cuenta de Twitter que “La lamentable y penosa tragedia de Amuay se repite todos los dias cuando 55 venezolanos pierden la vida en manos del hampa”, para así vincular esta tragedia con el problema de inseguridad en el país cuando ya estamos a casi un mes de las elecciones presidenciales.
La cobertura mediática que han dado los grandes medios privados de comunicación, tanto nacionales como especialmente los extranjeros, ha sido toda una campaña contra la revolución. El portal de noticias Cubadebate comparaba esta cobertura de los sucesos de Amuay con lo ocurrido en Richmond, California, EEUU, cuando el pasado 7 de agosto se produjeron fuertes explosiones y se desataron dos incendios en la refinería más grande de Chevron, en su planta de crudo número 4, cuando un equipo de inspección descubrió una fuga creciente. Dicho accidente produjo más de 900 víctimas y que se arrojaran al aire grandes cantidades de ácido sulfúrico y dióxido de nitrógeno. Más aún, en enero de 2007 ocurrió un incendio similar a éste y en la misma refinería y en el que también se arrojó dióxido de azufre y otras sustancias tóxicas al aire. Resalta Cubadebate que “El tratamiento a estos hechos en Estados Unidos contrasta con el ofrecido al accidente en la refinería de Amuay, de Venezuela, que ha generado titulares de primera plana en todo el mundo y análisis tendenciosos contra el gobierno bolivariano, al punto de comparar este hecho con la explosión en la planta nuclear de Chernobyl.”
Pero también vale la pena recordar otras tragedias a partir de accidentes industriales de importancia que han ocurrido durante los gobiernos de la IV República cuyo tratamiento mediático fue muy distinto. El 19 de diciembre de 1982 ocurrió la conocida Tragedia de Tacoa, que implicó la explosión y posterior incendio de la carga de combustible con que se estaba surtiendo al tanque 8 del Complejo de Generación Eléctrica de Tacoa “Ricardo Zuloaga”, ubicada en Tacoa, sector Arrecifes del hoy estado Vargas, y posteriormente el aledaño tanque 9 del mismo. La cifra de muertos se estima en cientos, aunuqe algunas fuentes lo sitúan sobre los 200 fallecidos. Nunca hubo un pronunciamiento de los responsables.
El 28 de septiembre de 1993 explotó el gasoducto que une a Caracas con Tejerías en el Km 57 de la Autopista Regional del Centro (ARC), con un saldo de 58 víctimas fatales y 70 personas heridas cuando una retroexcavadora de la empresa española Abengoa, contratista de la entonces privatizada CANTV, realizaba trabajos para la instalación de la red de fibra óptica. La sentencia definitiva de la mayoría de los procesos judiciales abiertos en este caso todavía no han sido dictados y los afectados siguen a la espera del cierre de sus respectivos casos. Tan solo en el caso de la empresa Elinsa como sucesora de Abengoa en Venezuela hubo un fallo del TSJ el 6 de junio de 2006, el cual dictaminó error humano en la operación de la máquina durante los trabajos y Elinsa tuvo que pagar una indemnización a PDVSA Gas.
Aunque menos conocida, en Diciembre de 1994 hubo otra explosión también en un gasoducto de PDVSA en el estado Monagas, con más de 70 fallecidos. Todo esto es importante recordar ante el cinismo de la derecha venezolana y su candidato Henrique Capriles Radonski, exigiendo “una investigación seria, responsable y transparente”. A fin de cuentas, el discurso de la contrarrevolución es el que principalmente hace caer la responsabilidad de los hechos en las y los trabajadores petroleros, que no es sino una continuación de lo sucedido recientemente en Bolívar cuando Capriles Radonski llamaba a las y los trabajadores que apoyan la Revolución Bolivariana “jalabolas”. Con todo esto dejan ver cuál es su verdadero sentimiento hacia la clase trabajadora, su desprecio infinito contra la clase obrera y las y los revolucionarios.
El fascismo desatado
. Unos Negros sin cerebro que no saben nada.” La cuenta @nanamarmo ya fue desactivada ante el revuelo causado. La excusa presentada por la joven en cuestión fue que su cuenta habría sido “hackeada”, excusa que ni siquiera a gente de la oposición convenció, como lo señala Andrés Schmucke en un artículo de Opinión en el diario El Universal “La defensa de esta persona fue que la hackearon. Muy conveniente eso, ¿no? Ni siquiera se disculpó y pasó a cerrar su cuenta. Qué vergüenza, al menos si hubiera reconocido su error, afrontado lo que dijo y disculpado, pero no. ¿Qué tipo de periodistas entonces se están formando? ¿Qué tipo de venezolano se está creando?”
Investigación de lo ocurrido: Comisiones de PDVSA y de la Fiscalía
El presidente Chávez, tras decretar 3 días de duelo nacional por las víctimas de lo ocurrido, indicó su decisión que los hechos sean investigados. “He ordenado una investigación profunda sobre lo ocurrido y además habrá que determinar bien; causas, efectos y acciones a tomar. Dentro de la tragedia estamos investigando, descubriendo verdades, atendiendo a las víctimas”, declaró.
El lunes 27 Luisa Ortega Díaz, Fiscal General de la República, declaró a la prensa que 3 equipos habían sido designados para realizar las investigaciones y que de hecho el Ministerio Público ya las había iniciado aunque “esperan que se consuma el fuego para realizar el abordaje y obtener las pruebas criminalísticas que permitan determinar qué originó el hecho”. Igualmente señaló que “Mientras no tengamos en las manos todos los elementos fundamentales para determinar la causa que dieron origen no se puede fijar posición ni improvisando pues el trabajo es técnico y se aborda a través de un protocolo”.
El martes 28 el Viceministro del Sistema Integrado de Investigación Penal, Mayor General (EJB) Hugo Armando Carvajal Barrios, declaraba a la prensa que “El Gobierno Bolivariano ha organizado un equipo multidisciplinario con los mejores investigadores en materia de siniestros, funcionarios adscritos a la División de Investigación de Siniestro del Cicpc y de la Dirección de Asesoría Técnico Científico e Investigaciones del Ministerio Público, con el fin de precisar las acciones que produjeron el incendio en la Refinería Amuay de Pdvsa, ubicada en el estado Falcón”. Ese mismo día Rafael Ramírez anunció que “PDVSA activó un comité de investigación para determinar el origen de la fuga de gas que produjo la explosión y posterior incendio en la refinería de Amuay”, según reseña el portal web de la televisora Telesur. Igualmente, en una entrevista en la televisora privada Venevisión, Ángel Esteban, director ejecutivo de Seguridad Industrial e Higiene Ocupacional de PDVSA, señaló que “Existen unas capas de seguridad que contemplan todo lo que son sistemas de control de presión, temperatura, caudal y eso llega a los paneles de control que chequean las 24 horas si hay alguna anormalidad” y que por lo tanto “todo lo que pasó en Amuay quedó registrado en un sistema de seguridad”.
Un punto importante ha sido destacado por el analista político Nicmer Evans en declaraciones a UN, diario que publicó dos artículos dedicados al impacto que los sucesos de Amuay tengan sobre la intención de voto el 7 de Octubre. Evans puntualizó que “El Gobierno está obligado a presentar resultados lo más pronto posible y que no quedemos en un vacío como ocurrió con lo de CAVIM”. Recordemos que en los depósitos de la empresa estatal de armamento y municiones CAVIM ocurrió una explosión con saldo de una persona fallecida y unos 3 heridos, además de varias viviendas afectadas. A más de un año de ocurrido el hecho no hay un informe oficial hecho público. Adicional a esto recordemos que el 13 de Mayo de 2010 se hundió la plataforma semisumergible Aban Pearl, situada en aguas de la costa de Paria, en el estado oriental de Sucre, aunque afortunadamente no hubo víctimas que lamentar. De este hecho tampoco se conoce un informe oficial sobre los resultados de las investigaciones.
Necesidad de recuperar el Control Obrero de PDVSA y de toda la industria
Desde varios colectivos de izquierda se ha insistido en la necesidad de que en estas investigaciones tengan participación las y los trabajadores, particularmente sus delegados y delegadas de Prevención. Contrario a la “investigación independiente” que promueve la derecha, que reclama la presencia de “expertos internacionales”, debemos insistir en que sea la propia clase obrera, en particular su sector petrolero, quien dirija y lleve adelante esta investigación. No podemos darle confianza alguna a la burocracia en PDVSA o a los organismos del Estado, que como hemos señalado una y otra vez, siguen siendo los de un Estado burgués. La gestión burocrática en las distintas empresas nacionalizadas ha mostrado su total incapacidad. Tanto en el sector cementero como en el siderometalúrgico, en cada una de las empresas nacionalizadas la burocracia no ha sido capaz sino de ahogar la producción en un marasmo de ineficiencia, corruptela y desidia. A pesar de los esfuerzos de sus trabajadores y trabajadoras, a pesar del entusiasmo que ha mostrado una y otra vez la clase obrera en gestionar y llevar adelante las empresas del Estado, la burocracia se ha encargado de ahogar estas iniciativas para llevar adelante sus planes personales y aprovecharse de los priviliegios de sus cargos.
No sólo las investigaciones de lo sucedido en Amuay deben ser dirigidas por la misma clase trabajadora sino que los correctivos deben ser planificados e implementados con el consenso y la dirección de la misma. Más allá de los escenarios de sabotaje, que distintos personajes han salido a gritar a los cuatro vientos, o incluso las afirmaciones de James Petras en entrevista en la radio YVKE Mundial que “no descarta que fuerzas especiales de Estados Unidos, que operan en 74 países del mundo, puedan estar involucradas en el incendio ocurrido en el área de almacenaje de la refinería de Amuay el pasado 25 de agosto” , lo cierto es que el único camino para avanzar en contra del sabotaje, tanto interno de la burocracia y de la quintacolumna, así como minimizar la posibilidad de intervenciones foráneas es justamente la recuperación del Control Obrero que rescató justamente a la industria petrolera del paro-sabotaje de 2002-2003. Recordemos que ante el abandono de la entonces gerencia “meritocrática” y de los “expertos” y “tecnócratas” fueron justamente las y los trabajadores de las refinerías quienes decidiendo en asamblea, eligiendo delegados y responsables, pudieron reactivar la industria. Un ejemplo de ello fue justamente la Refinería de Puerto La Cruz, donde esta experiencia de control obrero llegó más lejos.