Aspalditik, burgesiaren analista ekonomikoek eta enpresariek Alemania goraipatzen dute eta herrialde honetako politika ekonomikoa krisia gainditzeko hartu beharreko neurrien eredutzat daukate. Itxurara mugatzen bagara, hala irudi lezake. Alemaniak 2011 urtea gutxi gora-behera %3ko hazkundearekin, %5,5eko langabezia tasarekin bukatu du eta 2012 urterako aurreikuspena Europar Batasuneko gainerako herrialdeena baino hobea da. Dena dela, egoera ekonomiko eta soziala sakonago aztertuta ikus dezakegu ustezko “mirari alemaniarra”  ez dela esaten duten bezain zoragarria.    

La bajada de los salarios como clave de la economía alemana

Bajo el capitalismo cada capitalista individual busca producir en mayor cantidad y más barato que sus competidores y ganarles así su cuota de mercado, es lo que se denomina competitividad. Esto se puede conseguir por medio de dos vías, por un lado innovando tecnológicamente y por otro lado a través de abaratar el coste de la fuerza de trabajo, es decir bajar los salarios. Sin duda Alemania es un país puntero en el aspecto tecnológico, pero la clave de la bonanza de sus empresas en los últimos años hay que buscarlo en el segundo factor antes indicado. Desde hace 20 años la clase obrera alemana ha venido sufriendo un retroceso en su capacidad adquisitiva y pérdidas  de derechos laborales, pero ha sido fundamentalmente a partir del 2003 con la apuesta en marcha de la llamada “Agenda 2010” cuando este proceso se ha acelerado.  Dicho programa de medidas (el mayor recorte de prestaciones sociales desde 1949 según el Frankfurter Allgemeine Zeitung) supuso un conjunto de recortes en gasto social  y un aumento de la flexibilidad laboral en forma de incremento del trabajo parcial y temporal,  que minaron todavía más las condiciones salariales de los trabajadores alemanes. Entre otras cosas se crearon los ahora famosos “minijobs”,  una forma de trabajo basura remunerado sólo con  400 euros al mes y se permitió la contratación temporal por tiempo ilimitado.


Este proceso se reforzó aún más con las deslocalizaciones de empresas a países del Este de Europa y el Sudeste asiático que sirvieron a su vez como método de presión y chantaje a la clase obrera para que esta se viera obligada a aceptar recortes en sus condiciones laborales.  Todo lo anterior apoyado además en la pasividad, cuando no permisividad, de los sindicatos alemanes. 


De esta manera los empresarios alemanes han podido ganar competitividad sobre sus rivales extranjeros y mantener o aumentar sus tasas de ganancia vía el incremento de las exportaciones (aun a costa de deprimir el mercado interno alemán) y llegando este año a un superávit comercial de 180.000 millones de euros  Pero si las cosas van bien para los capitalistas, los trabajadores no pueden decir lo mismo.

Retroceso de las condiciones laborales

Las cifras oficiales señalan un paro del 5,5% (2,7 millones de personas), pero eliminando de la estadística a los mayores de 58 años, a los que buscan trabajo sin estar registrados en las oficinas de empleo o a los que están haciendo cursos de formación. Todo esto unido a que otros cinco millones de trabajadores necesitan de la ayuda social para vivir y que el número de precarios se sitúa ya en 7,3 millones de personas, un 22% de la fuerza de trabajo, con salarios muy inferiores a los que tienen los contratados fijos, los cuales se han reducido entre 2001 y 2008 en 2,1 millones. El resultado es la aparición cada vez más habitual del llamado trabajador pobre al que su salario no le llega para vivir, convirtiéndose en la auténtica realidad del  “exitoso” modelo laboral alemán.


En verano un informe de la Comisión Económico-Social de la ONU denunciaba entre otros problemas las injusticias en el mercado de trabajo y en el régimen de la seguridad social, la deficiente atención a los ancianos o que 2,5 millones de niños viven bajo el límite de la pobreza, no existiendo además un programa de lucha real contra la misma. Un informe reciente publicado en el Saarbrücker Zeitung  señalaba que en los últimos 10 años la esperanza de vida de la población pobre se ha reducido en 2 años.

¿Es exportable el modelo alemán?

El planteamiento de que los países de la periferia europea, incluyendo al estado español, podrán salir de la crisis a través de la bajada de salarios y la consiguiente devaluación de los precios siguiendo el ejemplo alemán, presenta sin embargo considerables problemas. Primeramente en la misma Alemania el crecimiento económico empieza a estancarse, con unas previsiones para el año que viene de entre el 0,5 y el 1% de subida del PIB, Esto es consecuencia de la dependencia de las exportaciones en un entorno de parón económico dentro de Europa donde se realizan las dos terceras partes de las transacciones comerciales, Por esa misma razón si el resto de los países europeos siguieran esta vía los mercados para la exportación se reducirían todavía más. O dicho de otra manera, para que el modelo alemán pudiera funcionar en otras zonas de Europa, Alemania tendría que dejar de usar ese modelo y pasar de ser una potencia exportadora a ser el receptor de las mercancías de esos países, ampliando su mercado interno por la vía de hacer algo a lo que sus empresarios no están dispuestos: subir los salarios.

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