Oligarkia bere indarrak mobilizatzen ari da gogor. Jorge Martinen bi artikulu eta Santa Cruz bertako iraultzaile baten testigantza jarri ditugu hemen. Beharrezkoa da Boliviako gertakizunekin adi egotea komunikabide kapitalistak gertatzen ari dena gordetzen ari baitira.

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Bolivia: Vuelve la ofensiva de la oligarquía. ¡Es el momento de contraatacar!    

 

El martes 9 de septiembre la ofensiva de la oligarquía boliviana alcanzó un nuevo punto culminante. En Santa Cruz, las tropas de choque de las bandas fascistas de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) tomaron por la fuerza toda una serie de edificios públicos. Primero asaltaron y saquearon las oficinas del Servicio Nacional de Impuestos, después se dirigieron a las oficinas de la empresa de telecomunicaciones recientemente nacionalizada, ENTEL, que también fue saqueada, como lo fueron las oficinas del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). Para conseguirlo tuvieron que luchar contra la policía y el ejército que seguía órdenes estrictas de no utilizar armas y que fueron superados por los violentos manifestantes.

 

En Tarija, un grupo de 50 empleados del prefecto regional atacaron las oficinas de la Superintendencia de Hidrocarburos y la asaltaron. Estas acciones se repitieron en Tarija, Beni y Pando, dónde bandas de matones dirigidas por funcionarios de los prefectos regionales y por parlamentarios de la oposición, ocuparon el Instituto de Reforma Agraria (INRA), los peajes de la autopista, las oficinas de aduanas, aeropuertos, etc.

 

En Santa Cruz, después de asaltar varias oficinas gubernamentales se fueron a aquellos medios de comunicación que no están controlados por la oposición de derechas. Saquearon y destruyeron el equipamiento de las oficinas de Radio Patria Nueva (a las que prendieron fuego) y de la Televisión Boliviana Canal 7. También forzaron a la emisora de radio comunitaria Radio Alternativa a dejar de emitir. Unos días antes, cuatro emisoras de radio de Cobija, en Pando, también fueron obligadas a dejar de emitir.

 

Aparte de ocupar edificios públicos y medios de comunicación, la ofensiva de la oligarquía también tuvo como objetivo las organizaciones de masas de los trabajadores y campesinos. El jueves 4 de septiembre incendiaron la casa del secretario ejecutivo del Sindicato de Trabajadores Departamentales (COD) en Santa Cruz, en medio de la noche, mientras en la casa dormían él, su esposa y sus cinco hijos. También fueron saqueadas e incendiadas las oficinas de la ONG por los derechos de los indígenas CIJES en Santa Cruz y las oficinas de la Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB). Finalmente, en Santa Cruz, estos grupos de matones armados ocuparon varias plazas públicas y mercados callejeros en zonas de fuerte apoyo al MAS.

 

Como parte de esta ofensiva también hubo un ataque a un oleoducto de gas en la frontera con Argentina y la ocupación de un campo gasífero en Chuquisaca, que según algunas informaciones amenazaron con cortar las exportaciones de gas a Brasil y Argentina, provocando un serio daño a la economía boliviana.

 

Estas no fueron una serie de "acciones espontáneas", sino más bien parte de un desafío bien preparado y coordinado contra el poder del gobierno de Evo Morales. Estas acciones se discutieron y decidieron el 4 de septiembre en la reunión de CONALDE (una coalición de gobernadores de la oposición y presuntos comités "cívicos", en la práctica, el alto mando de la oligarquía). El ganadero, terrateniente y jefe del grupo del partido de la oposición PODEMOS en el parlamento, Antonio Franco, aplaudió públicamente la ocupación de los edificios públicos en Santa Cruz.

 

También estaba implicada la mano peluda de los EEUU. Rompiendo todo protocolo diplomático, el embajador norteamericano Goldberg el 25 de agosto tuvo una reunión a puerta cerrada con uno de los principales dirigentes de la oposición, el prefecto de Santa Cruz Rubén Costas. Una semana más tarde también se reunió con la gobernadora opositora de Chuquisaca, Sabina Cuellar. Según los artículos aparecidos en los medios de comunicación bolivianos, también se reunió con los prefectos de Tarija, Beni y Pando. El rico terrateniente Branko Marinkovic, jefe del Comité Cívico de Santa Cruz y uno de los principales representantes de la oligarquía, también hizo una visita a EEUU la semana pasada. No hace falta ser un científico nuclear para ver que se trata de una repetición de la historia del golpe en Venezuela en abril de 2002 y el golpe contra Allende en Chile hace hoy treinta y cinco años.

 

Muy correctamente, el miércoles 10 de septiembre, Evo Morales declaró al embajador norteamericano Goldberg persona non-grata y dio órdenes al ministro de asuntos exteriores, Choquehuanca, que le pidiera abandonar el país. Sin embargo, la expulsión del embajador estadounidense por sí misma no detendrá la conspiración golpista.

 

La postura de Brasil

 

Según algunos informes, el cierre de una válvula de gas en Tarija el miércoles 10 de septiembre por parte de la oligarquía, provocó un aumento de presión que reventó el gaseoducto. El presidente de la empresa estatal de gas, Ramírez, declaró que como resultado de esta situación, las exportaciones de gas a Brasil se redujeron un 10 por ciento, a 27 millones de toneladas cúbicas diarias. Bolivia suministra a Brasil el 50 por ciento de su gas.

 

El ministro de exteriores brasileño, Celso Amorim, en una declaración escandalosa, dijo que si el gobierno de Evo Morales no era capaz de garantizar el suministro de gas a Brasil, entonces estaría dispuesto a entrar en negociaciones directas con los prefectos regionales opositores.

 

Esto significaría que Brasil reconoce de facto la independencia de estas regiones orientales y dejaría de reconocer al gobierno boliviano. El presunto gobierno de "izquierdas" de Lula, una vez más, está realizando el sucio papel de agente del imperialismo norteamericano.

 

La respuesta del gobierno

 

Evo Morales y otros ministros de su gobierno, muy correctamente, describieron estos movimientos como un golpe. Desgraciadamente, han respondiendo haciendo un llamamiento a la legalidad burguesa. El ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, declaró que el "fiscal debe emprender acciones contra los responsables y llevarlos ante un tribunal". El pequeño problema es que el fiscal del estado en Santa Cruz responde a los intereses de la oligarquía.

 

Según noticias que hemos recibido de Santa Cruz que el gobierno ha pedido a las organizaciones de masas que detengan sus planes de bloquear las carreteras en Santa Cruz contra la oligarquía, y los dirigentes locales del MAS no están dando ninguna dirección al movimiento. El ambiente entre los seguidores del MAS es de furia. Incluso sectores importantes de la clase media de Santa Cruz se quejan en llamadas telefónicas a la radio por la falta de acción del gobierno frente a estos actos violentos e ilegales.

 

Esta es una situación muy peligrosa. La ofensiva de la oligarquía no se puede combatir dentro de los límites de las instituciones democráticas burguesas, que la oligarquía ya ha demostrado que no tiene intención de respetarlas. Saben que son una minoría, como demostró claramente el referéndum revocatorio del 10 de agosto. Evo Morales ganó con más del 67 por ciento de los votos venciendo en 95 de las 112 provincias del país. Por eso han recurrido a métodos violentos e ilegales, utilizando todo su poder económico y político (en las gobernaciones regionales) para socavar y finalmente derrocar al gobierno de Evo Morales.

 

La oposición en Bolivia representa los intereses de los grandes grupos empresariales, el sector bancario y los grupos agro-capitalistas en alianza con las multinacionales extranjeras y el imperialismo norteamericano. Temen perder importantes parcelas de su poder económico y político. Creen que ya han perdido el control del gobierno central y son conscientes de que la aprobación de la nueva constitución (para lo que ha convocado el gobierno un referéndum el próximo 7 de diciembre) podría ser el principio de una reforma agraria que afectaría seriamente a sus propiedades. Desde su punto de vista lo que está en juego es muy importante y no han dudado en utilizar todos los medios a su disposición, legales e ilegales.

 

El problema es que los dirigentes del MAS y el gobierno quieren utilizar sólo métodos estrictamente legales e institucionales. La lucha de clases no es como un juego de ajedrez, donde los oponentes se atenien a las reglas del juego. Se parece más a un combate de boxeo donde tu contrincante está utilizando todo tipo de trucos sucios y también controla al árbitro. Si el gobierno del MAS quiere continuar jugando al ajedrez, mientras la oligarquía está luchando un combate de boxeo, está claro quién va a ganar.

 

Es el momento de contraatacar

 

Como dijimos en un artículo anterior:

 

"Es el momento de tomar medidas decisivas contra la oligarquía. Si ellos sabotean la distribución de alimentos en contra la voluntad democrática de la población, entonces su tierra, ranchos, plantas procesadoras de alimentos y empresas de transporte deberían ser ocupadas por los campesinos y trabajadores y deben ser expropiadas por el gobierno. Si ellos ocupan los campos de gas y petróleo, como han amenazado, entonces los trabajadores y campesinos deben recuperarlos (como en Venezuela) y ponerlos bajo el control de los trabajadores. Si bloquean las carreteras, los trabajadores y campesinos deben organizarse parar reabrirlas".

 

Frente a la pasividad de los representantes del gobierno, las organizaciones de masas deben tomar la iniciativa. La reunión de la Coordinadora Nacional de Organizaciones por el Cambio (Conalcam) celebrada la semana pasada en Santa Cruz, decidió realizar bloqueos de carreteras en Santa Cruz y una marcha nacional al parlamento. Estos planes deben adelantarse y ponerse en práctica de inmediato.

 

En Santa Cruz, el Movimiento Marcelo Quiroga Santa Cruz, ha hecho un llamamiento a la Central Obrera Departamental (COD), a las organizaciones campesinas y vecinales, para celebrar un cabildo abierto en el Plan 3.000 y comenzar a organizar la respuesta de las masas contra las bandas fascistas. En Potosí, los compañeros de la Corriente Marxista Internacional, están intentando organizar una reunión de urgencia de la COD con la presencia de todas las organizaciones de masas para coordinar una respuesta efectiva.

 

La oligarquía es una minoría, pero está bien armada, financiada y está a la ofensiva. El gobierno, por otro lado, se le ve actuando de una manera débil, sin responder a estos ataques. Este hecho puede tener un efecto desmoralizador sobre las masas de trabajadores y campesinos que apoyan al MAS y al gobierno. La única manera de contrarrestar el golpe oligárquico que vemos ante nuestros ojos es a través de la movilización de masas de la población en las calles.

 

La Confederación Obrera Boliviana (COB) y las organizaciones campesinas e indígenas deberían organizar cabildos abiertos en todas las ciudades y áreas rurales para discutir el golpe que se está desarrollando. En estas reuniones se deberían organizar asambleas populares y comités de autodefensa para defender a las organizaciones obreras y campesinas, para limpiar las calles de bandas fascistas. Deberían exigir la aprobación inmediata de un decreto de expropiación de las propiedades y riquezas de todos aquellos que colaboran, participan y financian el golpe de la oligarquía. La implantación de este decreto no debería dejarse en manos de los fiscales, jueces y oficiales de policía, en la mayoría de los cuales no se puede confiar, sino que debería ser llevado a cabo directamente por las organizaciones obreras y campesinas bajo la autoridad de las asambleas populares de masas.

 

Las masas de trabajadores y campesinos en Bolivia han demostrado su coraje y determinación revolucionaria durante estos últimos años y a través de la historia. Pueden en cuestión de días barrer a un lado a la clase dominante, si están armados con un programa claro y organizados con un plan de lucha preciso. En  Abril de 1952, los mineros solos aplastaron al ejército burgués y tomaron el poder. Esa hazaña se puede repetir. La amenaza es muy seria. No es el momento de las vacilaciones, es el momento de contraatacar y destruir el poder económico y político de la oligarquía.

 

 

 

BIGARREN ARTIKULUA

 

Bolivia: el golpe reaccionario se desarrolla, ¡es necesaria la acción!          

 

La situación en Bolivia sigue siendo de enfrentamiento entre la oligarquía, apoyada por el imperialismo norteamericano por un lado, y las masas que apoyan al gobierno de Evo Morales por el otro. El martes 9 de septiembre marcó un punto culminante en la ofensiva reaccionaria de la oligarquía en Santa Cruz y otros departamentos en el oriente del país, donde la oposición controla los prefectos regionales (Ver: Bolivia: Vuelve la ofensiva de la oligarquía. ¡Es el momento de contraatacar!)

El jueves 11 de septiembre, 9 personas murieron asesinadas y 50 resultaron heridos en los enfrentamientos en el departamento de Pando. Un grupo de campesinos que viajaba a Cobija, la capital departamental, para asistir a una asamblea de masas convocada para organizar la resistencia contra la ofensiva de derechas fueron interceptados por un grupo de empleados del prefecto regional, éstos viajaban en volquetas del servicio de caminos e iban armados con escopetas y ametralladoras. Como resultado de este ataque indiscriminado, murieron 9 personas. Éste el número más elevado de muertes en la reciente oleada de violencia.

Mientras tanto, en Santa Cruz, bandas armadas de la fascista Unión Juvenil Cruceñista (UJC) intentaron por segunda noche ocupar las principales plazas públicas del barrio obrero Plan 3.000, donde viven 300.000 personas. Durante toda la noche hubo enfrentamientos, pero la UJC fue expulsada por la población del Plan 3.000. Los compañeros allí presentes dicen que aunque la población del barrio superaba con mucho numéricamente a las bandas de la UJC, el problema es que la UJC está armada hasta los dientes con granadas de gas lacrimógeno, chalecos antibalas, escopetas, ametralladoras, pistolas, etc.,

También hemos recibido informes de Santa Cruz de que los dirigentes locales del MAS disuadieron a los trabajadores y campesinos de San Julián (la segunda ciudad más grande del departamento y feudo del MAS) que se disponían a marchar hacia la capital de Santa Cruz para contrarrestar a las bandas fascistas. El argumento fue que "no debemos caer en provocaciones", "los prefectos quieren que muera gente para así tener sus mártires", etc.,

Econoticiasbolivia.com publicó un informe completo de todos los edificios públicos asaltados por la reacción durante los últimos días:

 "En Santa Cruz hasta ayer fueron tomadas las oficinas públicas de tierras, la estatal de telecomunicaciones Entel, Impuestos, Graco, Caja Nacional de Salud, la petrolera estatal de Yacimientos, Terminal Bimodal, el Servicio Departamental de Educación, Dirección de Trabajo, Superintendencia Forestal, Almacenes Bolivianos y las oficinas distritales de Migración y la Aduana en las provincias.

 "En Cobija corren la misma suerte la Aduana, la oficina de tierras, el Servicio de caminos, Impuestos, Superintendencia Forestal y el Aeropuerto. En Beni continúan invadidas las instalaciones del Aeropuerto, AASANA, Depósitos de Combustible y hay tomas de correos Ecobol, la de telecomunicaciones Entel, Migración y el Aeropuerto de Riberalta. En Guayaramerín, la Aduana y el Aeropuerto.

 "En Tarija: Digecco, INRA, Impuestos, Superintendencia de Hidrocarburos, Migración, Aduana. También hubieron asaltos de entidades en Yacuiba y Villamontes. En Sucre permanecen ocupadas Impuestos y Entel." (Econotíciasbolivia.com, setiembre 11, 2008)

En la mayoría de los casos, la policía y unidades militares que estaban protegiendo estos edificios fueron superadas por las bandas violentas de fascistas porque tenían órdenes estrictas de no disparar y no usar la violencia para protegerlas.

El ambiente en las fábricas y comunidades de campesinas por todo el país es de rabia y al mismo tiempo impotencia, porque se permite a la oligarquía atacar las oficinas del gobierno, los locales de las organizaciones sociales, los aeropuertos, campos de gas, aduanas, etc., sin respuesta del gobierno. Hierven de descontento pero nadie les da una dirección. Varias organizaciones de masas en El Alto, Cochabamba y otras zonas del país están pidiendo al gobierno que declare el estado de sitio y utilice sus poderes contra este golpe "a cámara lenta". Se está planeando una marcha sobre la Paz para el 16 de abril, pero puede que sea demasiado tarde.

La inactividad del gobierno, e incluso en algunos casos parando la iniciativa de las masas, podría tener el efecto de desmoralizar a los trabajadores y campesinos que les apoyan.

 

La inactividad del gobierno y la amenaza de un golpe militar

 

El vicepresidente Álvaro García Linera caracterizó correctamente lo que estaba ocurriendo en el país como un "golpe cívico empresarial" y pidió a los bolivianos que permaneciesen vigilantes para "defender la democracia y la unidad nacional". El problema es que él no explicó cómo las masas bolivianas se supone deben "defender la democracia". Como hemos visto en la masacre de Pando y en los enfrentamientos en Plan 3.000, las masas desarmadas pueden hacer poco contra las bandas bien armadas de fascistas.

Una vez más, los ministros del gobierno están pidiendo el respeto de la ley, a los jueces que apliquen las leyes y a los fiscales que persigan a los que las quebranten. Pero son sólo palabras cuando la oligarquía está dispuesta a violar la legalidad en defensa de sus intereses.

Para añadir más confusión, al mismo tiempo que varios ministros del gobierno correctamente culpaban de las muertes y la violencia a los prefectos de Santa Cruz, Pando, Beni, Tarija y a los comités cívicos, otros, una vez más apelaban a las negociaciones y hoy viernes se tenía una reunión con el prefecto de Tarija, incluso se ponía un avión del gobierno a su disposición para que pudiera ir a la capital La Paz.

En Beni, el mando regional militar ha firmado una tregua con el prefecto regional. El acuerdo implica la retirada del ejército de las instituciones públicas que estaban protegiendo (¡!) mientras el prefecto aceptaba no asaltarlas.

Esta situación de constantes zigzags del gobierno está provocando un sentimiento de que el poder se está escapando de sus manos. Esto es muy peligroso. Entre los mandos militares, muchos de ellos que en cualquier caso se oponían al gobierno, ya se habla de la necesidad de un golpe para restaurar la ley y el orden. Desde su punto de vista, la institución del ejército ha sido humillada, siendo rebasado por civiles, mientras cumplían lealmente con sus deberes. ¿Cómo pueden continuar obedeciendo a un gobierno que parece renunciar a gobernar el país? Esto es probablemente lo que muchos ya están pensando.

Que la cuestión del golpe militar se está discutiendo está también claro con la declaración de Hugo Chávez del jueves por la noche. Después de revelar un complot golpista descubierto en Venezuela y hacer un llamamiento a la movilización de masas, él dijo que en solidaridad con el pueblo y gobierno bolivianos él también expulsaba al embajador estadounidense en Venezuela y retiraba al embajador venezolano en Washington. Después añadió una advertencia al ejército boliviano y dijo: "Yo desde aquí, sin ánimo de injerencia, le hago un llamado a los militares bolivianos, si a Evo lo derrocaran, si a Evo lo mataran, me estarían dando luz verde para apoyar cualquier movimiento armado en Bolivia, no tendría yo ningún problema".

Es necesario un plan de lucha

Hoy, en la Paz se está celebrando el ampliado de la COB (su dirección nacional y los representantes de todas las regiones y sindicatos), y mañana informarán de todas sus decisiones en reuniones similares en todos los departamentos. Esta es una reunión crucial.

En la situación actual es necesario un plan de lucha claro. La COB debería organizar una huelga general indefinida, celebrar cabildos abiertos en todas las ciudades y pueblos, crear Asambleas Populares (comités de acción), crear organizaciones de autodefensa basados en estas asambleas, llamar a y llevar a cabo el arresto inmediato de todos aquellos implicados en las actividades violentas e ilegales de los últimos días, y movilizar para expropiar la propiedad de la oligarquía.

El ataque de la oligarquía sólo se puede detener con la acción de las masas en las calles, pero éstas deben estar armadas. Hace 35 años, unos días antes del golpe militar en Chile, un millón de trabajadores se manifestaron en Santiago, exigían armas para defenderse contra el golpe que todo el mundo sabía que llegaría. Salvador Allende creyó hasta el último minuto que el ejército y la oligarquía iban a respetar la institucionalidad democrática. Como resultado, él fue asesinado junto a miles de trabajadores, campesinos y jóvenes. El país se hundió en décadas de dictadura feroz. Esa debería ser una poderosa lección.

Evo Morales y García Linera han identificado correctamente la amenaza como un "golpe cívico empresarial", pero ahora deberían de actuar consecuentemente. Recibieron el apoyo del 67 por ciento en el referéndum revocatorio del 10 de agosto. Más de 2 millones de bolivianos les apoyan a ellos y a la idea de una transformación fundamental del país. La oligarquía es sólo una minoría, pero tiene el poder económico, armas, vínculos con el ejército y el apoyo del imperialismo. Pero incluso con todas estas cosas a su favor, ellos sólo pueden controlar las calles y parecer fuertes debido a la inactividad del gobierno y de los dirigentes del movimiento de masas.

Si Evo Morales hiciera un llamamiento a los trabajadores y campesinos para que salieran a las calles a aplastar la conspiración contrarrevolucionaria, los golpistas huirían, nada podría detener a las masas movilizadas. Debería dar órdenes inmediatas para detener a los conspiradores golpistas. Si la policía y el ejército se niegan a obedecer estas órdenes, deberían hacer un llamamiento a la tropa para que arresten a sus oficiales, distribuir armas a los trabajadores y campesinos para que ellos mismos lleven a cabo las detenciones. Debería aprobar un decreto para la expropiación inmediata de la propiedad de los golpistas y un llamamiento directo a las organizaciones de masas de trabajadores y campesinos para que lo pongan en práctica. Y si el gobierno no está dispuesto a hacerlo, entonces la COB y la CONALCAM deben tomar la iniciativa.

La situación es muy peligrosa. No es el momento de las palabras ni de las negociaciones. Es el momento de la acción, para poner fin de una vez por todas al poder de la oligarquía. No hay tiempo que perder.

 

¡No al golpe en Bolivia o Venezuela!

 

¡No a la interferencia de EEUU!

 

¡Defender las revoluciones boliviana y bolivariana!

 

¡Aplastar a la oligarquía contrarrevolucionaria!

 

¡Avanzar hacia el socialismo!

 

 

 

BERTAKO BATEN TESTIGANTZA

 

Violencia fascista en Bolivia. Informe de un testigo presencial         

 

El sonido de las explosiones es constante, se puede ver el miedo en las caras de las personas. La televisión informa de dos muertos en combates al norte de Bolivia, en Pando (Cobija). El caos en Santa Cruz y en otras capitales regionales orientales es casi total. Lo que el 9 de septiembre comenzó como vandalismo contra las instituciones públicas se ha convertido en una orgía fascista de violencia que amenaza con una guerra civil.

 

El 9 de septiembre, las bandas fascistas atacaron una institución pública tras otra. La lista de instituciones ocupadas es larga. Desde oficinas de impuestos, administración agraria, oficinas de inmigración hasta el departamento de silvicultura fueron brutalmente destruidos. La administración nacional agraria vio todo su inventario destruido y quemado, lo mismo ocurrió con la empresa de telecomunicaciones nacionalizada, Entel. El edificio principal de esta empresa fue destruido y las hordas fascistas saquearon todo lo de valor.

 

Ataques a los medios de comunicación y sindicatos

 

La noche pasada, el canal de televisión estatal en Santa Cruz fue invadido y casi quemado. ¿El motivo? El canal es uno de los pocos canales de Santa Cruz que critica a la derecha.

 

10 de septiembre: la situación en Santa Cruz y otras provincias orientales se ha intensificado más. Ahora no son sólo ataques a las instituciones públicas, sino un ataque consistente contra todas las organizaciones sociales y seguidores del gobierno.

 

En Santa Cruz, la organización de derechos humanos Cejis, fue asaltada, quemaron y asaltaron todo su contenido. Lo mismo le ocurrió a la CIDOB, la principal organización indígena del oriente boliviano. Todos los dirigentes de izquierdas son perseguidos y muchos han pasado a la clandestinidad.

 

En el sur de Bolivia, Tarija, las bandas fascistas atacaron el Mercado de campesinos. Arrojaron cócteles molotov contra todos los puestos y hubo enfrentamientos violentos con varios heridos. Un dirigente de la derecha ha declarado independiente a Tarija y la guerra civil en la región.

 

La noche del 10 de septiembre cuando salí de mi casa pude sentir el gas en el aire y en los ojos. La estación de autobuses y ferrocarril de Santa Cruz está cerca. Durante varias horas allí hubo combates violentos por el control de la estación, que es defendida por los seguidores del gobierno y el ejército. Después de una lucha feroz, los fascistas consiguieron entrar. Arrasaron con todo a su paso.

 

En mitad de la noche pasada estaba a unos pocos cientos de metros del centro de una violenta lucha callejera. El lugar es Plan 3.000, conocido por ser un feudo del MAS en Santa Cruz, un gigantesco barrio obrero pobre con 300.000 habitantes. El gran mercado del barrio tiene 800 metros, los grupos fascistas intentaron atacar y prenderle fuego.

 

Los trabajadores han organizado una masiva defensa contra 400 jóvenes fascistas que atacaron el mercado con palos, cócteles molotov y armas. Rápidamente, miles se congregaron para defender, el combate fue muy violento y hubo muchos heridos. Aproximadamente a las 3 de la mañana, los fascista fueron expulsados, pero los habitantes se quedaron allí para su defensa.

 

La situación es la misma en todos los mercados de Santa Cruz donde los pequeños comerciantes están constantemente alerta contra la amenaza de robo y destrucción de sus puestos y bienes.

 

El gobierno piensa, incorrectamente, que esta situación se calmará. No han tomado medidas serias. Pero la oligarquía quiere hundir todo el país en el caos y la destrucción. La situación para la población local en Santa Cruz es amenazadora, el gas de cocina casi se ha agotado, por las carreteras cada vez circulan menos autobuses y coches debido a la escasez de combustible.

 

El imperialismo tiene en juego intereses serios y el 10 de septiembre el ministro de exteriores de Brasil anunció que estaba dispuesto a negociar directamente con la oligarquía de Santa Cruz y Tarija si no se garantizaban los suministros de petróleo y gas. Eso supondría de facto el reconocimiento de un país independiente.

 

El embajador norteamericano ha sido uno de los principales malvados en la aceleración de las divisiones regionales en Bolivia. El embajador fue también el enviado especial de EEUU con relación a la división de Yugoslavia. Ayer, la respuesta de Evo fue la expulsión inmediata del embajador norteamericano.

 

El sonido de las explosiones y rotura de cacharros es constante en la ciudad. Los medios de comunicación de derechas privados, que ahora son los únicos que emiten por televisión en Santa Cruz, informan que cada vez más instituciones son "conquistadas para el pueblo" (léase: bandas fascistas). Algunos de los objetivos de los ataques son los locales principales del MAS.

 

Durante un corto período de tiempo, estos acontecimientos nos recuerdan a hace 35 años, al 11 de septiembre de 1973, cuando Pinochet llevó a cabo un golpe militar contra el presidente socialista Allende. ¿Puede ocurrir algo parecido aquí? Hay muchos factores similares a los de Chile en 1973, aunque los comentaristas acalorados dicen que es el "momento de huir de golpes de estado", en este momento podemos ver que la burguesía rica no duda cuando su poder económico está amenazado. Y la situación caótica ya ha creado divisiones en el ejército.

 

Contra esta amenaza las organizaciones sociales, y en primer lugar la COB, deben dar todos los pasos necesarios para organizar a los trabajadores y campesinos. Deben convocar una huelga general y la oligarquía debe ser totalmente expropiada. Al mismo tiempo, las organizaciones sociales de Santa Cruz y otras zonas de batalla deben organizar a la población para una defensa de masas. Como se pudo ver la noche pasada en Plan 3.000, cientos o miles de fascistas no pueden derrotar a un pueblo organizado y en lucha.

 

El número de muertos durante el día de hoy es de cuatro. Hay noticias de bandas de derechas que atacaron y dispararon a una marcha de campesinos, aproximadamente a 35 kilómetros de Cobija, la capital regional de la región de Pando, lo que provocó un combate duro. Mientras tanto, el Plan 3.000 aún está en estado de alerta porque los fascistas han intentado en varias ocasiones destruir la emisora de radio del vecindario. Varias trabajadoras del Plan 3.000 convocaron a la población a movilizar todo el país y ayudar a Santa Cruz en defensa del país y de la vida de las personas.

 

¡Viva la revolución boliviana!

 

¡Muerte al fascismo!

 

¡Viva la resistencia heroica de los trabajadores y campesinos!

 

Santa Cruz, 11 de septiembre de 2008. 

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