Venezuelako kaleetan eguneroko gaiak dira prezioak, dolarra eta nor den egoera honen erruduna. Horregatik uste dugu garrantzitsua dela eztabaida puntu honekin hastea eta azaltzea zergatik jarraitzen duten bizirik kapitalismoaren gaixotasunak: inflazio eta espekulazioak.

Día a día se escucha en las calles hablar sobre los precios, sobre el dólar y sobre ¿quiénes son los culpables de esta situación? Por eso creemos que es importante comenzar el debate en este punto, explicando las razones de por qué siguen vivas esas enfermedades del capitalismo: inflación y especulación.

El comandante Chávez fue claro cuando escribió en el Plan de la Patria 2013-2019: “no nos llamemos a engaño, Venezuela sigue teniendo una estructura económica rentista y capitalista”. Esto quiere decir que la batalla contra el orden burgués no termina y que el sector privado sigue teniendo un gran poder sobre la sociedad venezolana.

¿Por que hay inflación?

Los precios son el valor monetario de las mercancías que se producen; si producimos suficientes mercancías para todos, los precios serán bajos. Pero, como ya es bien sabido, en Venezuela nunca se ha producido; el capitalismo solo se ha encargado de importar, importar e importar, ya que para ellos es mejor negocio comprar afuera barato y vender aquí bien caro.

Ahora bien, como no se produce lo suficiente, las mercancías que hay disponibles tienen que “distribuirse” de alguna forma.¿De qué forma se hace? La mejor forma es aumentando el precio y el que lo pague es el que lo puede comprar. A esos aumentos en los precios se le llama inflación. Y a esa forma de vender se le llama especulación, que no es más que jugar con el precio de las mercancias.

¿Qué tiene que ver el dolar? ¿Por qué el dolar aumenta de precio de esa forma?

Como ya dijimos, todo se tiene que traer de afuera y para hacer esa operación se necesitan dólares, así que los capitalistas van y los solicitan para poder importar las mercancías y venderlas aquí en el país. El problema es que todos quieren dólares, así que el dólar se convirtió también en una mercancía. Y es bastante rentable comprar y vender esa mercancía: ¡Dólares!

En vista de esta situación, el gobierno revolucionario decidió ponerle control a la compra y venta de dolares. Si no lo hiciera, solo los ricos pudieran obtener dólares a manos llenas y dejarían a nosotros os trabajadores y desposeídos sin la opción de poder participar en ese mercado. Pero para acabar el sistema capitalista, éste o se destruye o se destruye; lamentablemente, y la historia de nuestro país así lo demuestra, al capitalismo no se le puede controlar de forma aguna. El control de cambio, aunque es una medida preñada de buenas intenciones, no termina de dar pie con bola, ya que los banqueros y capitalistas lo convirtieron en una plataforma para ganar dinero fácil, sin la “penosa tarea de producir nada”; solo se sientan y especulan a su gusto.

Se supone que los empresarios deberían ir a CADIVI o al SICAD y solicitar allí los dólares a un precio razonable para poder traer las mercancías (para producir o vender las mercancías importadas). El problema es que, como ya explicamos, el dólar también es una mercancía, ellos prefieren comprarlo barato y revenderlo a un precio más alto. Como cada vez hay menos dólares, lo comercializan aumentando el precio y quien esté dispuesto a pagarlo será quien se lo lleve, para luego revenderlos de nuevo, lo que genera un círculo vicioso que continúa y continúa.

Pero la cosa no se termina allí. Resulta que, para colmo, las mercancías (autopartes, celulares, electrodomésticos, alimentos, etc.) que traen de afuera, utilizando solo una parte de los dólares que solicitan, las venden a un precio exorbitante: por ejemplo, ¡una TV en Bs. 250 mil! ¡Que descaro! Pero ¿por qué lo hacen?, nos preguntamos nosotros, obstinados. La cosa es ¡sencilla! Su lógica es: la parte que dejé de ganarme, si hubiera vendiendo los dólares al mercado paralelo, me la gano vendiendo lo que importé al precio que cubra mis expectativas. ¡La patria de los capitalistas es su fortuna!

Y entonces ¿qué opciones tenemos?

Solo hay dos salidas. A la derecha le gustaría que liberaran el control de cambio para conseguir dólares por montones para seguir especulando. Pero si esto se hace, ¡la mayor parte de la población nos hundiríamos en la miseria más grande posible! Y, por supuesto, los trabajadores y las clases populares seríamos los más golpeados. Nosotros, los que pagamos alquiler, los que vivimos del quince y último, los que no tenemos empresas ni sueldos elevados, no tendríamos dinero para comprar siquiera los insumos más elementales si se calculan a un precio de Bs. 60 o hasta Bs. 100 por dólar. Así que solo los ricos se salvarían.

Otra alternativa es la de un control revolucionario hasta la médula de las divisas con ¡el monopolio estatal del comercio exterior! ¿Y qué es eso? Sería un sistema de control totalmente revolucionario y funcionaría así: Para importar bienes, ya no se iría a solicitar los dólares (que los burgueses venden en el mercado paralelo), si no que se solicitaría al Estado una lista de productos que se deseen traer (incluyendo comestibles, electrodomésticos, tecnología, etc.). Esta lista además sería controlada por los consejos de trabajadores y consejos comunales para darle prioridad justamente a lo que es realmente necesario para todos y no para complacer los caprichos y gustos extravagantes de la burguesía y demás parásitos sociales. Así, el Estado se encargaría de comprar estos productos afuera y los distribuiría para que se comercialicen aquí adentro. Pero con lo sucedido con cadenas de tiendas como Daka y tantas otras que han estado especulando con las mercancías traidas a dólar oficial, es claro que esta misma cadena de distribución debe estar bajo la supervisión y vigilancia estricta de los trabajadores y las comunidades organizadas. Esto debe incluir ampliar la cadena de comercialización pública, multiplicando la presencia de Abastos Bicentenarios, Mercal, PDVAL, las tiendas de Venezuela Productiva y demás, y que éstas sean gestionadas con criterios revolucionarios y bajo el control de sus trabajadores y las comunidades organizadas. De esta forma, se garantizaría que todo lo que se vende en el país es comprado con dolares oficiales y se eliminaría la excusa: “está caro porque lo trajimos con dolares paralelos”.

El camarada Nicolás Maduro ya no debe seguir dándole oportunidades a los capitalistas, ellos nunca darán el brazo a torcer por el país ni por los pobres. Solo destruyendo el podrido sistema capitalista se acabará con la especulación y la inflación. Esta es una clave para poder obtener un triunfo en las elecciones del 8-D. Las personas no solo deben entender el porqué suceden las cosas, sino deben saber cuál es la solución posible y nuestros camaradas líderes de la revolución son los que tienen el poder para llevar adelante medias que aseguren nuestro futuro y golpeen duramente al culpable de esta situación: ¡El capitalismo que aún vive y el aparato del Estado Burgués 4to Republicano que aún sigue saboteando y frenando la revolución! ¡Si se puede, Camarada Nicolás! ¡El pueblo de Chávez y Bolívar te apoyan!